Rojo y Negro octubre 2018/Addenda
En enero de 2016 defendí en Madrid mi tesis doctoral. En ella expuse la reorganización de la Confederación Nacional del Trabajo tras la
muerte del dictador, una etapa de la historia que no viví y que necesitó de una laboriosa recopilación documental para poder
reconstruir el desarrollo cenetista en estos años.
El arco cronológico que abarco se sitúa entre 1973 y 1980, es decir, desde los primeros y muy brumosos indicios de la reconstrucción
que acabó llevándose a cabo hasta la celebración del Congreso de Valencia, que con toda claridad materializó la escisión
de la organización y la existencia de dos proyectos anarcosindicalistas distintos en este país.
La Fundación Salvador Seguí se interesó por su publicación y, con el título La Transición en Rojo y Negro, acaban de editarla.
Es una síntesis que parte de la tesis doctoral ya mencionada y en ella se tratan los aspectos que considero más
importantes de la reconstrucción confederal.
En el libro no se juzga la actuación de sus protagonistas, no se llora por lo que pudo pasar y no pasó, tampoco hay
carcajadas: es, simplemente, una investigación histórica que recopila los acontecimientos que el anarcosindicalismo español vivió
a lo largo de esos ocho años.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que la Confederación aspiraba a una transformación social y económica radical, solo puedo parafrasear
al poeta Gil de Biedma y decir que la historia de la CNT es triste porque termina mal.
Como autora, es un libro cuya lectura recomiendo a todos aquellos que desconocen la historia confederal en el tardofranquismo
y la Transición. He contextualizado su desarrollo en el tiempo histórico, político y económico de la España de esos años e incluyo
un análisis de la renovación formal, estética e ideológica que el anarquismo experimentó de la mano del underground y los nuevos
movimientos sociales en las décadas de 1960 y 1970. También se la recomiendo a quienes vivieron aquel momento y tienen
curiosidad por saber cómo se está tratando en el mundo historiográfico “su” historia. Pero debo advertir que no todos los historiadores
que han leído la tesis doctoral completa están de acuerdo con su contenido porque me alejo por completo del cliché del
anarquista arrojabombas y aunque explico los problemas internos de la organización, incido en los aspectos externos que impidieron
a la CNT ocupar el espacio sindical y social que le correspondía.
Queríamos que el libro tuviera un precio asequible y por ese motivo la única fotografía que incluye es la de la cubierta, un
fragmento de una instantánea del mitin de la CNT de Montjuïc de 2 de julio de 1977, que ha pasado a la historia por ser
uno de los actos públicos más multitudinarios de la Transición democrática.
En la contraportada he querido incluir la pintada que apareció por entonces en un muro de Zaragoza y que en su sencillez creo que
resume el espíritu de la época: “Ánimo abuelos que ya volvemos. CNT”.
Reyes Casado