Luis A. García Bravo
Libertario autodidacta que trabajó desde los 10 años de edad
José Hiralde Aguilar
Montejaque (Málaga) 1917 – Valencia 2016
Había nacido José Hiraldo Aguilera un día 3 de abril de 1917, en el entorno de una familia numerosa y, como él decía, “trabajadora sin más propiedad que sus brazos”, y vio la luz en el bello pueblo de Montejaque.
Por naturaleza ya José nació libre y sobretodo rebelde y así fue durante toda su vida enemigo de las injusticias y luchador por la libertad, como ha quedado demostrado en sus múltiples artículos y libros que sobre él hay escritos, que son todo un tesoro.
Aprendió José las primeras letras en aquella escuela que estaba en la calle El Portillete, adonde, al igual que él, acudían todos los niños de Montejaque. No fueron aquellos tiempos en los que se podía seguir estudiando durante varios años, pues la necesidad obligaba y más en una familia numerosa como aquella a la que él pertenecía.
Cuando tenía 10 años de edad, José empezó a trabajar en cuadrillas, escardando de sol a sol, en un cortijo llamado “El Pino”, a unos diez kilómetros de Jerez de la Frontera, y así, junto con todos los miembros de la familia, se trasladaba de un lugar a otro donde le daban trabajo, unas veces en la escarda de los garbanzos y del maíz; en otras ocasiones y en según qué época, guardando ganado.
Aun así, José siguió aprendiendo las letras cuando podía y como podía. De esa forma aquel niño de diez años se fue formando como hombre y como un libertario; basta leer alguno de sus libros o artículos para conocer la vida de quien nunca fue doblegado a pesar de los tiempos que le tocó vivir.
Yo tuve el gran honor y placer de conocerle y contar con su amistad, la cual se engrandeció con las afinidades que compartíamos: el hecho de que yo investigara la guerrilla y mi admiración por los hermanos López Calles, la misma que él sentía por quienes fueron, además de sus amigos, los jefes de la columna de Pedro López y del Batallón que mandaría Bernabé, y con quienes él compartió y vivió momentos difíciles y dramáticos en los distintos frentes donde les tocó luchar por la República y la libertad.
Sus consejos eran, siempre que hablé con él, de ánimo para que siguiese mi investigación y sobretodo en la lucha por la Recuperación de la Memoria Histórica, y así me lo dejó plasmado en las dedicatorias personales de su libro y también en el segundo tomo de su libro Crónicas de un rebelde andaluz, volumen este en cuya página de dedicatoria dice: “A los amigos de la Asociación Foro por la Memoria, año 2006”. Palabras escritas que para mí son un tesoro viniendo de quien fue un rebelde y luchador por la libertad hasta el final de su vida.
Hoy día 5 de septiembre de 2016, cuando el libertario rebelde emprende el último viaje, su espíritu libertario de hombre luchador quedará entre las campiñas en las que él trabajó de sol a sol, entre sembrados y entre la sombra de los árboles y entre susurros del viento serrano, entre las montañas que rodean su bello pueblo, Montejaque, y traerá como un susurro de su voz el grito de ¡Viva la lucha libertaria y viva la libertad!
Amigo José, solo me queda decirte: hasta siempre, compañero, y que tu ejemplo de lucha y libertad siga entre nosotros para siempre.
Gracia por tu amistad y tus consejos, que siempre llevaré conmigo.
A José Hiralde Aguilar (un rebelde andaluz)
Hombre al que el sol tu piel quemó
Y que te forjaste destripando terrones de sol a sol
Hombre con sombrero de paja y faja negra
Tú que supiste defender la libertad
Y que con tu hoz segaste las injusticias
Quede tu lucha y ejemplo entre nosotros
Para que así nunca se olvide la lucha libertaria
Luis Antonio García Bravo
Noviembre de 2016