Antes de nada conviene precisar aquí que es muy difícil seguir y adentrarse en la vida y en la producción periodística, literaria y cinematográfica del valenciano Armand Guerra, cuya vida aventurera por diversos países europeos, su militancia anarquista en la clandestinidad, la ausencia de documentación y su malograda muerte en el exilio parisino cuando sólo contaba cincuenta y tres años impidió conocer en profundidad su producción en distintos ámbitos. Olvidado durante muchos años de dictadura franquista, silenciado y marginado tras su apogeo durante la II República y la Guerra Civil, su obra comenzó a ser conocida y valorada durante la transición política española gracias al esfuerzo desarrollado por un pequeño grupo de cineastas, críticos de arte y el apoyo de determinadas filmotecas y cadenas culturales de televisión. No cabe duda que la recuperación y divulgación de este cineasta fallecido en el destierro ha dado con el tiempo sus frutos y comienza a ser querido y reconocido por todos, incluso por sus paisanos, que, con algunas excepciones, lo han incorporado con pleno derecho a la historia del cine valenciano, de la cual, en justicia, no podría estar ausente. Armand Guerra se ha convertido en uno de los pioneros del cine español militante, sin que haya tenido seguidores ni admiradores. Su vida y su obra en diversos campos quedaron olvidadas por su repentina muerte en el exilio tras la guerra, y también por los años de olvidado silencio y marginación que trajo consigo la dictadura franquista….
