Un crimen impune
Vitoria fue protagonista de uno de los momentos más críticos de la Transición. El 3 de marzo de 1976, después de asistir a una asamblea en la iglesia de San Francisco, tres trabajadores cayeron muertos por disparos de la policía. Otros dos fallecerían los días posteriores como consecuencia de las heridas. El 5 de marzo un impresionante cortejo fúnebre recorrió las calles de la capital vasca en un ambiente sobrecogedor.
Los sucesos tiñeron de luto la ciudad, casquillos de bala se amontonaban por las calles, cientos de heridos. Dos jóvenes de Basauri y Tarragona fallecieron en sendas manifestaciones de solidaridad. La justicia militar reconoció la existencia de un delito de homicidio. Sobreseimiento provisional ante la ausencia de autores, finalmente prescrito. Los hechos precipitaron la caída del gobierno de Arias Navarro. Los sucesos de Vitoria figuran entre los acontecimientos más dramáticos de unos años trascendentales.
Elaborado únicamente a partir de material de archivo, VITORIA, MARZO DE 1976 es el estremecedor testimonio de unos hechos que no deberían haber sucedido nunca.
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