eldiario.es/Eduardo Zumendi
Eva Barroso, hermana de uno de los cinco trabajadores asesinados el 3 de marzo de 1976 por disparos de la policía, asegura que el entonces ministro de Súarez retrata a la perfección la “catadura moral” de la actual democracia
Eva Barroso y José Luis Martínez Ocio conversan con Martín Villa. Foto: Marian Beitialarrangoitia (EH Bildu)
“¿Te acuerdas de Vitoria? ¿No vas a reconocer que estuvo mal asesinar a cinco obreros? ¿No vas a pedir perdón?”. Así le espetaron Eva Barroso y José Luis Martínez Ocio, hermana y hermano de dos de los cinco trabajadores
asesinados el 3 de marzo de 1976
por disparos de la policía al desalojar una asamblea pacífica, a Rodolfo Marín Villa, el que fuera ministro de Relaciones Sindicales en aquella fecha. Fue un encuentro absolutamente casual, junto a una de las entradas del Congreso. Barroso y Martínez Ocio acudieron a un homenaje de Unidos Podemos a las víctimas del franquismo en Madrid, mientras que Martín Villa participaba en el acto con motivo del 40 aniversario de las primeras elecciones.
Villa junto al difunto Manuel Fraga y el capitán Quintana
son considerados los responsables de la masacre de Vitoria por parte de la organización de las víctimas del 3 de Marzo, que
41 años después de la matanza siguen reclamando justicia y reconocimiento
.
“José Luis y yo”, recuerda Eva en conversación con eldiarionorte.es, “estábamos charlando con la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia cuando de repente apareció Martín Villa. Nunca he estado tan cerca de uno de los asesinos, de los que dieron la orden de disparar contra la asamblea de trabajadores”. Eva y José Luis se dirigieron a Martín Villa. “Buenos días. ¿Te acuerdas de Vitoria?”, le dijeron. “Se quedó petrificado. Nos miró a la cara. Le explicamos que éramos víctimas del 3 de Marzo y nos plantó cara educadamente, pero de una manera muy fría. Estaba claro que quería hablar, pero no había humanidad en su forma de expresarse”.
“Sin mediar más preguntas, nos dijo que estaba dispuesto a declarar, pero que las altas instancias judiciales se lo impedían. Yo sabía que no íbamos a sacar nada en cuanto a un reconocimiento político o algo así, pero al menos intenté que reconociera que aquello estuvo mal y que pidiera perdón. Se cerró en banda y no paró de repetir: ‘No tengo nada que ver con ningún genocidio ni con ninguna masacre’. Incluso llegó a decir que tenía la misma responsabilidad que hubiera podido tener el ministro de Agricultura de la época. Es decir, ninguna porque él no dio ninguna orden”.
La charla se prolongó al menos durante diez minutos. “Martín Villa repetía que no tenía ninguna responsabilidad y que no tenía que pedir perdón por nada. Durante años he aprendido a domesticar el odio, la rabia y el rencor que siento hacia los asesinos de mi hermano, pero cara a cara con Martín Villa no pude reprimirme ante sus muestras de prepotencia y le dije: ‘Usted es muy mayor y tarde o temprano morirá. Entonces, no sé dónde, se encontrará con mi padre y le aseguro que él no le va a hablar tan tranquilo como yo”. La diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia inmortalizó el momento con su móvil en una foto que recorre las redes sociales desde entonces.
Eva tiene muy claro que si su padre aún viviera y fuera él quien se hubiera encontrado con Martín Villa “le hubiera dado dos hostias”. “He visto sufrir mucho a mi padre y madre durante toda la vida a cuenta de lo que pasó con mi hermano y el resto de sus compañeros. Mi padre siempre tuvo claro quién era el asesino”.
“Martín Villa”, prosigue Eva, “se ha retratado y con él la catadura moral de esta democracia que es capaz de condecorar y reconocer a una persona que no tiene ningún tipo de empatía hacia las víctimas y su sufrimiento. Se portó como un muro de piedra”.
“Hay situaciones que no son cómodas”
El exministro del Interior Rodolfo Martín Villa reconoció a eldiario.es a la salida del acto celebrado en el Congreso
con motivo de los 40 años de aniversario de las primeras elecciones democráticas que “hay situaciones que no son cómodas”. “Pero como sé que no hay nada de verdad en las acusaciones que se hacen contra mí, pues estoy muy tranquilo”, ha añadido antes de abandonar la Cámara.
Martín Villa se refería así a las críticas de
Unidos Podemos que había pedido, sin éxito, a la presidencia de la Cámara que fuera
excluido del homenaje
por su pasado durante la dictadura y su papel como miembro del Gobierno en la represión de Vitoria de 1976 –durante los sucesos, era Ministro de Relaciones Sindicales; a partir de julio de ese año fue Ministro del Interior–.
“Estoy esperando a poder comparecer en Buenos Aires ante la Justicia y estoy muy tranquilo”, ha continuado Martín Villa, visiblemente incómodo, sin querer adelantar qué le va a decir a la jueza argentina María Servini, que emitió en 2014 una orden internacional de busca y captura contra él en el marco de un proceso general por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura franquista. “Eso es secreto de sumario”, ha afirmado.