La muestra, presentada ayer por la vicerrectora de Proyección Social y Cultural, Camino Oslé, y los coordinadores de la muestra, los profesores Fernando Mendiola y José Miguel Gastón, recoge a través de 16 paneles en euskera y castellano, parte del proyecto Esclavos en la frontera financiado por el Ministerio de la Presidencia, y con el que se pretende difundir la realidad de los trabajos forzados durante la guerra civil y el franquismo, centrándose en las obras realizadas en el Pirineo Occidental por unos 15.000 prisioneros procedentes de todo el Estado. Dentro de las actividades de difusión de la muestra, se han programado una serie de visitas guiadas que tendrán lugar los miércoles, a las 19 horas en euskera, y a las 19.30 en castellano.
Los interesados en participar en estas visitas deben llamar a los teléfonos 948 168435 y 948 169753.
Los paneles se dividen en tres campos temáticos. El primero de ellos, bajo el título Toda una red de esclavitud explica la instauración de las diferentes modalidades de trabajos forzados, así como su extensión por todo el territorio estatal. El segundo, Poco pan y muchos palos , se centra en la experiencia de los prisioneros que trabajaron en las fortificaciones y carreteras pirenaicas. Por último, en el tercer bloque Más allá de las alambradas , se analiza quiénes fueron los beneficiarios de este trabajo forzado, así como el impacto que han tenido en los pueblos pirenaicos, en las familias de los prisioneros y en la memoria colectiva.
Junto a la exposición se ha editado un libro-catálogo Trabajos forzados en la dictadura franquista , en el que también ha colaborado la UPNA, junto a otros organismos como el departamento de Cultura y Caja Navarra. La obra, además de reproducir los materiales expuestos en los paneles, incluye 9 investigaciones sobre los trabajos forzados durante el franquismo, realizados por los principales especialistas en este campo en el estado español. El catálogo se vende al precio de 15 euros.
El catálogo
Junto a la exposición se ha editado un catálogo en euskera-castellano que además de reproducir los materiales expuestos en los paneles, cuenta con la colaboración de investigadores e investigadoras que analizan diversas facetas de esta modalidad represiva así como planos de las obras realizadas en el Pirineo occidental. La obra supone una importante novedad en la historiografía sobre los trabajos forzados durante el franquismo, al presentar una síntesis actualizada de las principales investigaciones realizadas hasta ahora.
El catálogo esta dividido en tres bloques. En la primera parte se sitúan los trabajos forzados en el marco de la historia contemporánea española y europea. En este contexto se sitúan los estudios de Pedro Oliver quien muestra, sucintamente, la evolución del proceso de imposición de castigos a lo largo de los últimos cinco siglos. Además la historiadora Gloria Sanz acerca a la realidad del trabajo forzado de civiles extranjeros, de prisioneros de guerra y de campos de concentración en la Alemania nazi mientras que el historiador Fernando Mendiola presenta un panorama general de la organización e impacto de los trabajos forzados en la dictadura, al tiempo que un balance de las principales investigaciones realizadas hasta el momento.
En un segundo bloque se presentan tres investigaciones sobre los trabajos forzados en el Pirineo, desde Catalunya a Euskal Herria. Así Jordi Barriuso, analiza las obras realizadas por de los batallones de trabajo forzoso en Cataluña ; y Alberto Sabio centra el análisis en las comarcas aragonesas. Por último el análisis del tercer espacio -el Pirineo Vasco- es responsabilidad de Fernando Mendiola y Edurne Beaumont, quienes, además de constatar y describir esa labor de fortificación de la frontera, dan certeras pinceladas de cómo se extendió el universo concentracionario franquista al pie de las montañas, hacia el sur del territorio.
En el tercero bloque se recogen investigaciones en torno a otras modalidades de trabajos forzados y su impacto en las familias de los presos. Quien mejor simboliza ese proceso sea el ferrocarril, y así lo pone de manifiesto Juanjo Olaizola, quien reconstruye en su artículo el desarrollo de las nuevas infraestructuras ferroviarias construidas por Destacamentos Penales desde 1940. Además el papel de las mujeres presas es descrito por Fernando Hernández y José Miguel Gastón, mujeres explotadas laboralmente intramuros de las cárceles, en talleres textiles o en huertas. Las mujeres también fueron el principal sustento de gran parte de las familias de muchos esclavos del franquismo, y ello se pone de manifiesto en el capítulo de Ángel del Río, quien recoge la experiencia de las familias de los presos que trabajaron en el Canal de los Presos, oficialmente Canal del Bajo Guadalquivir, una de las obras más importantes realizadas con mano de obra cautiva.
Finalmente, el catálogo termina con un epílogo colectivo, suscrito por el Instituto Gerónimo de Uztáriz y por Memoriaren Bideak. En él se analizan las políticas de la memoria en torno a los trabajos forzados, al tiempo que se plantean la importancia de esta memoria para forjar el mundo del siglo XXI.
Más información sobre el proyecto en www.esclavitudbajoelfranquismo.org
Diario de Navarra.