MADRID (AFP)/31.10.2007
“Cada día me llevaban en camión cerca del Valle de los Caídos (a unos 50 kilómetros de Madrid) para hacer la carretera de acceso. Trabajábamos en unas condiciones difíciles, nos trataban de “hijos de puta” y “rojos”, cosa peor que los malos tratos”, afirma este ex combatiente republicano de 88 años.
Los recalcitrantes eran obligados a trabajar con un saco terrero de 20 a 30 kilos atado a la espalda.
“Las explosiones de los cartuchos de dinamita para perforar la roca retumbaban por todo el valle. No sabía lo que pasaba. Veíamos solamente unos camiones cargados de prisioneros que venían de Madrid”, añadió.
Era diciembre de 1942, tres años después de la victoria de los franquistas sobre los republicanos tras una Guerra Civil de tres años (1936-39).
“De un amigo que estaba ahí”, en el lugar mismo donde iba a ser construida dentro de la roca una basílica de más de 260 metros de largo, “sabía que había una docena de heridos diarios. Muchos no volvieron”.
“Les obligaban a entrar en los túneles, inmediatamente después de las explosiones de dinamita”, afirma. Además de los derrumbes, la silicosis causaba numerosas víctimas.
Más de 50 años después, Tario ha acogido con decepción el proyecto de ley de rehabilitación de las víctimas olvidadas del franquismo, que los diputados españoles votarán el miércoles a iniciativa del gobierno socialista.
“Es un texto descafeinado” que no va los suficientemente lejos, asegura, antes de agregar que “no estoy contento. Es vergonzante”.
De paso, Tario también se queja de la forma en se hizo la transición a la democracia, de manera demasiado tibia, y de la Constitución de 1978, “un desastre”.
La ley, conocida como de la Memoria Histórica, prevé consagrar la basílica del Valle de los Caídos únicamente al culto religioso.
Todos los símbolos franquistas deberán ser retirados cumpliendo con la nueva ley. Los símbolos religiosos también deberían desparecer, insiste Tario, ya que “la Iglesia había bendecido las armas” de las tropas franquistas. Para Tario, el Valle de los Caídos debería albergar un gran centro de documentación histórica.