Nos viene a la memoria así, el pasaje del libro Madrid Rojo y Negro, de Eduardo, en la que nos narró el asedio al Alcázar y el valor de los milicianos anarquistas.
Carmen Bueno, recordando estos hechos, nos contaba cómo veía partir jóvenes anarquista de no más de 20 años algunos, desde Madrid, llevando unas alpargatas como calzado, y poco más. Recordaba la ilusión y las ganas con las que salían de la capital, queriendo ayudar a los toledanos a lograr el triunfo sobre el Alcázar.
Manuel Blanco Chivite, nos hizo un repaso de lo que han significado estos tres libros ; desde el relato, siempre en primera persona, del golpe militar de Franco, hasta este último libro, testimonio aterrador y duro de las cárceles y de las torturas a las que se sometía sistemáticamente a los luchadores contra el fascismo, entre ellos, Eduardo.
Destacó la figura de Eduardo, como uno de los mejores periodistas de su época, e incluso en mucho tiempo en España. Siempre en el sitio de la noticia, no quería que le contaran que había pasado ; quería ser él el trasmisor de lo que ocurría, dando al texto esa sinceridad y cercanía que caracteriza su obra.
Carmen, en una segunda parte más personal, nos relató las cosas más cercanas de Eduardo. Su carácter, sus ganas de seguir adelante, escribiendo, a pesar de la prohibición de hacerlo. Cómo se sentía después de las torturas y de su paso por la cárcel, cómo todas estas experiencias, no le llevaron a que el odio le marcara durante su vida restante, y muy al contrario, sería lo que le haría condenar con más fuerza la violencia y la guerra.
Después de un turno de palabras y unos comentarios más, salimos de la presentación, con la sensación de haber querido conocerlo, y que nos hubiera contado él, con su propia voz, todas sus experiencias, como le gustaba hacer.
Elena Moreno