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Piotr Kropotkin. Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del apoyo mutuo
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Todo por Hacer

El 8 de febrero de 1921 falleció uno de los ideólogos del anarquismo europeo. Geógrafo, su cercanía al pueblo llano le abrió a una ideología alejada del autoritarismo.

Cien años después sus ideas no son una simple nostalgia, sino una necesidad de revisar y analizar para incorporar a los grupos sociales que nos reconocemos en las periferias, para abrir brecha en este neoliberalismo autoritario.

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«Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se aplicasen a procurar el bienestar de todos«

Este año viene repleto de aniversarios conmemorativos para la memoria social; de hecho nosotras mismas este mes cumplimos una década como periódico, y nos enorgullece coincidir en aniversario con el homenaje en el centenario de Piotr Kropotkin. Hace cien años que nos dejase para siempre el abuelo del anarquismo, uno de los principales pensadores de esta filosofía entre los siglos XIX y XX. Además, geógrafo y naturalista, que nació en el seno de una familia aristocrática rusa, por lo que se le conoció como el Príncipe, título otorgado a un noble emparentado con la familia imperial zarista.

Kropotkin debe ser analizado como hijo del siglo XIX, racionalista e ilustrado, heredero político de la Revolución Francesa, influido profundamente por pensadores como Jean-Jacques Rousseau y sus ideas sobre la sociedad igualitaria, o François Babeuf y su Conjura de los Iguales. De la misma manera, le inspiraron las acciones revolucionarias de finales del siglo XIX, con la facción política de los enragés. Por lo tanto, debe entenderse el pensamiento de Kropotkin como un aporte determinante al desarrollo de las ideas socialistas y libertarias, desde su origen en la filosofía europea que aspiraba al universalismo.

Considerado uno de los grandes propagandistas del anarquismo en el siglo XIX, éste aventuraba una sociedad sin violencia estructural ni autoritarismo estatal. Su concepción de la sociedad se basaba en la cooperación voluntaria de personas libres. Escribió muchos libros, folletos y artículos, siendo el más destacado La conquista del pan y Campos, fábricas y talleres; y su principal obra científico-social, El apoyo mutuo. También contribuyó con el artículo sobre anarquismo en la edición de 1911 de la Encyclopædia Britannica y dejó un trabajo inacabado sobre filosofía ética anarquista. Ha influido notablemente sobre otros pensadores del siglo XX como Daniel Guerin, Emma Goldman, Murray Bookchin o Noam Chomsky.

Piotr Kropotkin

Sus orígenes revolucionarios: militar, explorador, científico social, y exiliado político

Aunque otros revolucionarios rusos también tenían origen en familias ricas en el siglo XIX, Kropotkin nació en el seno de una familia perteneciente a la nobleza más alta. Su padre tenía tierras en tres provincias rusas distintas y más de mil siervos. Kropotkin, que ostentaba el título de Príncipe, se graduó en el conocido como Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar más exclusiva de la época en la Rusia zarista. Fue incluso paje de cámara de Alejandro II y recibió formación para convertirse en ministro o general. 

Una vez finalizada su preparación, sirvió durante cinco años en el Ejército ruso entre 1862 y 1867; y si bien podría haber elegido un destino más cómodo decidió partir en expedición a una región de Siberia, alejándose de la vida en la corte, que le resultaba fuertemente opresiva. En estos años siberianos estuvo como evaluador del sistema penitenciario zarista en torno a la ciudad de Irkutsk, donde entró en contacto con literatura clandestina, en concreto con algunas obras del anarquista francés Proudhon. También observó las relaciones de cooperación directa y autónoma entre los campesinos frente a la burocracia estatal y la corrupción administrativa; allá donde no había autoritarismo centralizado, las relaciones sociales entre las distintas comunas suplían las entidades de poder organizadas desde abajo y horizontalmente.

Es por ello que debe verse en Kropotkin a un teórico del anarquismo, que reconoció el valor de esta ideología no como teoría filosófica en el ámbito teórico exclusivamente, sino como un movimiento que se originaba en el pueblo y solo podía conservar su vitalidad y su fuerza creativa permaneciendo unido a sus raíces populares.

Tras su expedición siberiana y algunos viajes por Manchuria, abandonó la disciplina militar. Sus expediciones geográficas le valieron para realizar algunos trabajos científicos y dedicarse enteramente a esta actividad. Regresó a San Petersburgo en 1867, siendo nombrado miembro oficial de la Sociedad Geográfica rusa. Dedicó varios años a explorar glaciares de Finlandia y Suecia y comenzó a aplicar estos conocimientos sociales y naturales a sus inquietudes revolucionarias ya despiertas anteriormente. Estudió ampliamente escritos de teóricos de la política y acabó adoptando perspectivas del socialismo revolucionario. Participó en 1872 en la Primera Internacional, primeramente como marxista y más tarde evolucionando hacia posturas plenamente anarquistas, o de comunismo libertario.

Tras su paso por Suiza en esta convención política internacional, regresó a Rusia y comenzó a difundir el pensamiento anarquista, por lo que sería arrestado y encarcelado en 1874, tras varias ocasiones en las que logró librarse de su apresamiento cambiando de aspecto e incluso de residencia habitualmente. Fue enviado a la Fortaleza de Pedro y Pablo, una de las prisiones de mayor seguridad en la Rusia zarista, y posteriormente a la Prisión Militar de San Petersburgo, de la cual consiguió fugarse. Es en ese momento cuando comienza un periplo de un largo exilio político por Europa y que no finalizaría hasta la Revolución Rusa en 1917.

Las principales obras del exilio europeo: La conquista del pan; Campos, fábricas y talleres; y el Apoyo Mutuo

«ANARQUISMO (del griego an-, y arke, contrario a la autoridad), es el nombre que se da a un principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se obtiene la armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a autoridad, sino por acuerdos libres establecidos entre los diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y aspiraciones de un ser civilizado»

Tras un breve periodo en Inglaterra, decidió establecerse en Suiza, concretamente en Neuchatel en diciembre de 1876, incorporándose a la Federación del Jura, asociación anarquista integrada por relojeros suizos. Fue en esta federación donde conoció a los libertarios Carlo Cafiero y Errico Malatesta, de la sección italiana de la Internacional. En Ginebra conoció al geógrafo anarquista Élisée Reclus y continuó durante varios años su periplo viajante por Bélgica, Francia, e incluso España. Se dedicó estos años a la propaganda y la acción anarquista clandestina, fundó dos periódicos: L’Avant-Garde y Le Révolté.

Élisée Reclus

Instalado en Francia, fue detenido en 1883 y condenado a cinco años de prisión por sus actividades anarquistas. Tras ser liberado tres años después, se trasladó a Gran Bretaña, donde residió y trabajó durante treinta largos años de exilio. De su periodo de actividades políticas revolucionarias y propaganda, hay que destacar algunas de sus obras más importantes, que perfilan el pensamiento de Kropotkin y sus aportes a la creación de la economía del comunismo libertario o anarco-comunismo.

La Conquista del Pan o Campos, fábricas y talleres, son dos obras clave para comprender su propuesta social y económica para los grupos sociales. Manifestaba la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, la expropiación del total de la riqueza social por el pueblo mismo, y una economía común coordinada a través de una red horizontal de asociaciones voluntarias. Intentaba proponer un equilibrio entre individuo y sociedad colectiva, no basado en la posesión de medios de subsistencia, sino en la utilización de herramientas comunes para sobrevivir según las necesidades de cada grupo o individuo. Para Kropotkin no tiene sentido la repartición de la producción según un baremo de valor-trabajo; porque la producción es un proceso social, solo comprensible como fruto de los esfuerzos de la comunidad completamente. Si bien es cierto, que estas teorías abrían camino en el siglo XIX a unas alternativas necesarias de contemplar y practicar para romper la hegemonía del libre mercado de competitividad social; la economía del común ha sido ampliamente complementada décadas después por nuevos factores sociales, la evolución del propio capitalismo y la necesaria inclusión de la ecología y el género en toda esta perspectiva. La Comuna de París en 1871 influyó notablemente en Kropotkin y su propuesta del comunismo libertario y es cierto que marca un hito en la historia del pensamiento y la práctica anarquista.

Portada de La Conquista del Pan en francés, con prefacio de Élisée Reclus

Por otro lado, su otra obra protagonista sería El Apoyo Mutuo, también escrita durante su exilio británico, en este trabajo teórico condensa todos sus conocimientos previos sobre naturalismo. Escrito como respuesta al darwinismo social, y que tras examinar la cooperación entre animales no humanos, concluye que el apoyo mutuo también ha sido determinante en la evolución biológica. Renunciar a la solidaridad por la competitividad en todos los ámbitos de la vida social, genera la construcción de estructuras jerarquizadas y el autoritarismo. Si bien es cierto que Kropotkin concluía que el ser humano tiende de manera natural a la cooperación espontánea, Errico Malatesta contrapuso que las sociedades humanas tendieran naturalmente al apoyo mutuo, sino que este debe ser una herramienta pedagógica que se practique activamente para construir sociedades de la economía común.

La Gran Guerra europea, la Revolución Rusa y el sentido adiós al Príncipe ácrata

Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, Kropotkin rompió la línea anarquista del antibelicismo entre potencias coloniales y tomó partido por la Francia republicana frente a la política militarista del Imperio Alemán de Otto Von Bismarck. Kropotkin firmó junto a otros pocos anarquistas como Jean Grave o James Guillaume el Manifiesto de los Dieciséis, que le enfrentó al director del periódico libertario inglés Freedom y a una inmensa mayoría de anarquistas encabezados por Errico Malatesta o Emma Goldman, posicionados en contra de cualquiera de los bandos nacionales en una guerra imperial y colonialista. Kropotkin y su grupo en apoyo de los Aliados en el conflicto bélico quedó aislado del resto de los círculos anarquistas.

Sin embargo, desde la Revolución de 1905 en Rusia, Kropotkin fue notablemente leído y sus pensamientos extendidos por todo el país; por lo que el estallido de la Revolución en 1917, dará un giro importante a los acontecimientos que le llevarán a Kropotkin al regreso a Rusia. A pesar de su edad y deteriorada salud participó en los primeros meses en actos, discursos y reuniones; e incluso rechazó participar del gobierno menchevique como le propuso el presidente Kerensky. Sobrevenida la Revolución de Octubre y el triunfo de los bolcheviques, determinó que Kropotkin apoyase los sóviets como cooperativas autónomas. A principios de mayo de 1919 se entrevistó en Moscú con Lenin y aunque la reunión fue cordial, Kropotkin criticaba los métodos coercitivos y la inmensa burocracia autoritaria de los bolcheviques. Los opositores anarquistas como Grigori Maksimov o Volin y otros grupos libertarios en Rusia fueron fuertemente reprimidos; al igual que Nestor Mahkno en el sur ucraniano y sus colectividades autónomas.

Néstor Makhno

Su muerte se produjo el 8 de febrero de 1921 debido a una fuerte neumonía. Su familia y amistades anarquistas rechazaron el funeral oficial que ofrecieron los bolcheviques. Se reabrieron clandestinamente imprentas clausuradas por el gobierno bolchevique para difundir panfletos en homenaje a Kropotkin. Emma Goldman y Alexander Berkman participaron de este sepelio y más de cien mil trabajadores, campesinos y estudiantes ondeando banderas negras recorrieron el camino desde el Palacio del Trabajo en Moscú hasta el Cementerio de Novodévichi. La despedida del viejo pensador ruso, del abuelo del anarquismo y del apoyo mutuo fue la última gran manifestación libertaria durante el gobierno bolchevique. Cien años después sus ideas no son una simple nostalgia, sino una necesidad de revisar y analizar para incorporar a los grupos sociales que nos reconocemos en las periferias, para abrir brecha en este neoliberalismo autoritario.

Funeral de Kropotkin

Artículo de Frank Mintz analizando la influencia de los grandes pensadores del anarquismo.

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