El Salto/ Alkimia/ Pilar Castiñeira
Próximamente se cumplen 80 años de la última publicación, tras doce números anteriores, de la revista
Mujeres Libres.
https://www.elsaltodiario.com/alkimia/mujeres-libres-la-vigencia-de-una-voz-centenaria
Mujeres Libres constituyeron un hito en la historia. Reaccionando a las conductas patriarcales instauradas entre sus propios compañeros de trinchera social, se organizaron de manera independiente como espacio no mixto.
Se forjaron así como una herramienta antifascista, a través de un proyecto político donde el sujeto era femenino y feminista, apostando por nuevas fórmulas alejadas de los errores patriarcales para y por el triunfo de la Revolución social. “Hemos venido registrando día tras día las pulsaciones del movimiento femenino, incorporándolas a la causa de la Revolución española (…) Antes de la creación de las agrupaciones Mujeres Libres, toda actividad social femenina estaba adscrita a determinados movimientos republicanos, donde el elemento mujer, sin relieve apenas, se mantenía en los discretos límites de la acción secundaria, como modesto apéndice de los partidos políticos, sin ánimo decidido de traspasar fronteras de las tradicionales actividades femeninas” (artículo “Mujeres Libres tiene una personalidad”).
En este camino de ideología y acción directa, crearon espacios de formación, de capacitación y aceptación profesional de la mujer 911 alumnas en el Casal de la Dona Treballadora, orientadas por la compañera Amparo Poch y Gascón. Se preocuparon por la parcela de los cuidados debate que hemos vuelto a retomar en la última Huelga General del 8 M: “Si queremos que la mujer sustituya al hombre en sus trabajos profesionales, tendremos forzosamente que asegurar los cuidados y el bienestar de sus hijos (…) Problema éste que podría resolverse haciendo turnos (…) creando parques infantiles, guarderías (…) Es así únicamente como la Adaptación Profesional de Mujer podrá dar óptimos resultados”. Conscientes de la limitación que suponía para la mujer la maternidad o el matrimonio, se constituyeron cultural y socialmente como armas de coerción, instruyeron y emanciparon a las mujeres en contra de la tradición religiosa, en la práctica de su sexualidad libre y en el ejercicio de la maternidad de manera consciente y voluntaria, difundiendo técnicas anticonceptivas como el método Ogino. Dieron por primera vez visibilidad a la situación social de la mujer desde una óptica íntima. Desde primera línea, con la contundencia y veracidad de hablar y escribir desde la experiencia vital propia e incidiendo en lo íntimo hacia a lo común. Sobre la opresión de la mujer como subclase social, su discurso es el mismo que el de cualquier persona certificada con un Máster de género actual. “Debería suponerse que su apasionado amor por la Libertad incluye la libertad de la mujer. Pero, muy lejos de esto, la mayoría de los hombres españoles parecen no comprender el sentido de la verdadera emancipación, o, en otro caso, prefieren que sus mujeres continúen ignorándolo (…) No puede existir una verdadera emancipación mientras subsista el predominio de un individuo sobre otro o de una clase sobre otra”. “Por otra parte, las extraordinarias realizaciones de la mujer a través de la Historia anulan la leyenda de su inferioridad. Los que insisten en ella es porque no pueden tolerar que su autoridad sea discutida”. El deporte, las artes o la poesía tenían cabida en sus páginas de la mano de ultraístas como Lucía Sánchez Saornil que fue trasformando su poemario en un arma social humanizadora impregnada con la práctica de nuestro concepto recién estrenado de sororidad.
Abrieron foros de debates sobre la prostitución. Y vislumbraron la receta contra lo que hoy conocemos como brecha de género o salarial.
“La mujer ha de ser económicamente libre (…) Solo la libertad económica hace posibles las demás libertades (…) una igualdad de salarios, una igualdad de sueldos, una igualdad de acceso a los medios trabajadores de todas las clases”. La solidaridad global las llevó a preocuparse en colaborar con comités pro refugiados y conscientes de que los nacionalismos y los imperialismos imponían fronteras pero adoctrinaban bajo el único sujeto del fascismo, sin banderas ni fronteras, se ocuparon también de los conflictos internacionales que de una u otra manera terminarían instaurándose como problemas propios de nuestra sociedad presente y futura. Sobre acción sindical nos señalaban el único camino posible: “Sin embargo aún no está todo perdido si los sindicatos saben actuar acertadamente; si no dejan que se consume el despojo y defienden su derecho a la dirección de la economía, aún podemos salvarnos”.
CGT es de los pocos sindicatos que enarbolan sus siglas con dignidad forjando con lucha y acción directa su compromiso con la clase obrera. Renovamos ese compromiso en el último Congreso de Valencia instaurando acuerdos y compromisos para no firmar ERE.
Hoy en día en que la mediación es una nueva profesión en alza, ellas, adelantadas ética y moralmente, abordaban con crítica respetuosa y espíritu constructivo las diferencias organizativas.
Fueron precursoras de la mediación apelando a la concordia. “Porque en esta lucha nuestra no hay puesto único para todos, aunque haya finalidades comunes. ¡No seamos unilaterales!, ni hagamos escalafón de garantías según la mayor o menor proximidad al enemigo que dispara cañones. El valor ha de estar en todas las partes, como también en todas las partes está el enemigo (…) sería imperdonable que, por limitación de conceptos, fuéramos incapaces de abarcar la nueva organización vital”.
La Federación de Mujeres Libres germinó en Valencia, donde se registraron sus estatutos, llegando a contar con más de 20.000 afiliadas.
Desarrollaron su intensa y visionaria actividad en 13 boletines de septiembre de 1936 a otoño de 1938, impregnados de ideologías emancipadoras, anticapitalismo, pedagogía y filosofía libertarias.
Su actividad se vio truncada por un periodo de oscurantismo político, social y moral que sobrevino al ser “ganada” la guerra civil por el bando absolutista que desembocaría en la dictadura franquista. La vibrante explosión de conciencia colectiva de feminismo libertario acabó mayoritariamente en el exilio, convirtiendo en diente de león la semilla libertaria de su experiencia, su lucha y su legado que están, sin duda alguna, más vigentes que nunca.
Himno de Mujeres Libres (Octubre de 1937)
“Puño en alto mujeres de Iberia
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes,
los pies en la tierra
la frente en lo azul.
Afirmando promesas de vida
desafiamos la tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo que nace del dolor.
¡Qué el pasado se hunda en la nada!
¡Qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra MUJER.
Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz,
por rutas ardientes,
adelante, adelante,
de cara a la luz.”