Autor : José Vicente Martí Boscà
Almería, 1899 – Madrid, 1994
Uno de los médicos libertarios más relevantes de la Confederación Regional del Trabajo del Centro. Desde final de los años 20 fue facultativo de la Mutua Obrera Sanitaria, organización médico asistencial de la CNT en Madrid, y miembro destacado del Sindicato Único de Sanidad e Higiene, de la central anarcosindicalista en esa ciudad, al que se afilió en abril de 1932 proveniente de la UGT. En el sindicato sanitario desempeñó los puestos de presidente de su Sección de Médicos y, en tres etapas diferentes, secretario general. También fue miembro de la FAI desde 1935.
En los primeros días de la Guerra Civil participó, por encargo de la CNT, en la incautación del Colegio de Médicos de Madrid y de la Cruz Roja Española, y organizó la sanidad de las milicias confederales de la Regional del Centro. Meses después fue nombrado presidente de ese colegio profesional hasta su disolución en 1938, aunque apenas ejerció el puesto por sus vinculaciones a Valencia y Barcelona como sucesivas sedes del gobierno republicano. También ocupó diversos cometidos de responsabilidad en el Ministerio de Sanidad con Federica Montseny (consejero –cargo equivalente a director general- del Departamento de Hospitales y Sanatorios, subsecretario interino de Sanidad, secretario general del Consejo Nacional de Sanidad) y con Segundo Blanco (delegado de Sanidad Nacional cerca de la Generalitat de Catalunya).
En la CNT fue secretario de Relaciones Públicas del Comité de Enlace CNT-UGT, vicesecretario de Relaciones Profesionales y miembro permanente del Comité Nacional de la Federación Nacional de Sanidad e Higiene, asistiendo al Pleno Nacional de Sanidad, celebrado en Valencia, en enero de 1937, y al Congreso Nacional de Sindicatos de Sanidad, en la misma ciudad, en octubre de 1937. En los temas militares, fue asimilado a capitán médico del servicio sanitario de Carabineros.
Durante la etapa bélica publicó, entre otros textos, dos libros sobre defensa de la población frente a armas químicas y biológicas, siendo fundador e inspector general de la Brigada Sanitaria Antigás. También fue secretario general del Comité Central de la Cruz Roja Española desde septiembre de 1936, por lo que, ante la proximidad de la derrota, fue enviado con el también libertario Fidel Miró a Ginebra, sede de la Cruz Roja Internacional, con intención de que ésta intercediera ante Francia, el Reino Unido y otros países democráticos en la solicitud de barcos para evacuar a los republicanos desde el Mediterráneo español, misión en la que no obtuvieron ningún resultado.
Se exilió en Francia con su familia, donde actuó con el Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles (SERE) y como representante, mientras la policía francesa le dejó, de la Cruz Roja Española en el Exilio. En diciembre de 1940 fue detenido y encarcelado con un grupo de exiliados republicanos que intentaban embarcar a América, entre los cuales estaba Portela Valladares, por las autoridades de Vichy a instancias de la policía española. Absueltos, Morata pudo viajar a Méjico con su familia. Allí el gobierno del país le encomendó un texto divulgativo para la protección civil ante un posible ataque aéreo alemán (Vulgarización de conocimientos necesarios sobre protección de bombardeos por explosivos incendiarios y gases de guerra para uso de la población civil, publicado en 1943) ; también colaboró en la fundación de la seguridad social. Luego vivió en Cuba para regresar a Méjico y, en 1963, a España ; trabajó como médico titular en Alcalá de Henares desde el año siguiente.
En 1992 escribió y editó el libro Benevolencia. Memorias de 30 años de Guerra y Exilio, aunque en él sólo expuso sus recuerdos de cinco años : los la Guerra Civil y la primera etapa de su exilio, hasta llegar a Monterrey (Méjico) ; es un texto muy subjetivo pero interesante, para conocer algunas actuaciones y personajes de la presencia sanitaria de la CNT. Falleció en Madrid, donde residía, dos años después.