<:info_portfolio:
Algo de esto está pasando, pues se está “vendiendo” una sería de subproducto que bajo la denominación de “Memoria Histórica” esta produciendo -evidentemente de forma intencionada- una amalgama de libros, documentales, etc.. que van atacando directamente a la raíz de aquellos objetivos con los que nació este movimiento social. Si quieren, dentro de esto pueden incluir el propio anteproyecto de Ley y un alto porcentaje de actos, o proyectos, institucionales.
Nada más fácil de contrastar, basta echar una ojeada a la reediciones de viejos libros de “famosos autores” que nada tienen que aportar de nuevo, sin embargo otros muchos que fueron “escondidos” por sus editores o boicoteados por los distribuidores (empresas o instituciones), siguen sin ver la calle a pesar de ser demandados socialmente.
En el ámbito de la televisión, algunos comienzan a hacer su agosto, y venden series y documentales acogiéndose a la marca de “Memoria Histórica” como el que vende churros. Sin unos mínimos esfuerzos en la elaboración de un digno guión, o en la contratación de asesores profesionales y por supuesto de documentalistas. En algunos casos (cada vez más) se está robando (implícitamente) la Memoria de aquellos pocos testigos directos de los sucesos. Es más, en algún caso se les tiene en cuenta como potenciales consumidores, y no como protagonistas de la obra.
Algo de esto está pasando con la serie de Canal Sur TV “la Guerra Civil en Andalucía”, y eso que solo se han emitido dos de los siete capítulos.
Se intenta contentar a todos (a los dos bandos, que dicen la mayoría de los que están al frente de esas empresas, ya sean productoras, ya sean la propia TV pública) y para ello nada mejor que meter “con calzador” a los de siempre (de los últimos setenta años) y sobre todo a muchos amigos de la -cuerda-, que se utilicen imágenes sin permiso de los autores, etc…
Algo de esto, también, viene a decir esta carta publicada en el País
Moa en Canal Sur
MARIANO MARESCA
EL PAÍS – 04-11-2006
El jueves pasado, mientras la programación de Canal Sur TV discurría por sus cauces habituales (Arrayán y una imprescindible película de Steven Seagal), en Canal 2 Andalucía se pasaba un capítulo de la serie documental La Guerra Civil en Andalucía. No sé si es el primero de la serie, pero sí es el primero que yo veo.
A medida que el documental avanzaba, la opinión que podía ir formando acerca de lo que iba viendo era de un desinterés sin matices. Se utiliza material documental, desde luego, pero se intentan coser los distintos fragmentos con unos insertos de ficción muy sobreactuados y nada convincentes -paradójicamente- como ficción : unos padres campesinos reciben cartas de sus dos hijos, uno en cada bando, los dos igualmente fanáticos, todos desesperados, etc. Me pareció especialmente fuera de lugar en una producción de esta naturaleza la manipulación de imágenes actuales para hacerlas parecer de otro tiempo : la carretera por la que la “columna minera” de Huelva marchó hacia Sevilla, por mucho color sepia que le pusieran y mucho efecto de rayado que le echaran, no dejaba de tener sus farolas de autovía y sus inmensos carteles que indican las distintas direcciones. La mayoría de los testimonios de supervivientes eran banales (y quizás por saberlo no se abusó de ellos), con la excepción del nieto del general Campins. Y los parlamentos de los historiadores que hablaban a cámara en los escenarios de algún suceso no pasaban de ser relatos episódicos de circunstancias muy pormenorizadas pero insuficientes para remontarse a un nivel, por leve que fuese, de interpretación o de análisis. Digamos que mi impresión era la de una oportunidad perdida. Otra más.
Hasta que en un momento determinado aparece Pío Moa y dice que el concurso de Sanjurjo fue determinante en el advenimiento de la República, dado que los resultados electorales habían sido falseados. A los pocos minutos, Pío Moa vuelve a aparecer, y esta vez resume en una intervención fulminante -sin mirar a cámara, es curioso- su invención de que la Guerra Civil empezó con la revolución de Asturias de 1934. En mi estupefacción, espero que los autores del documental que estoy viendo tengan al menos la poca vergüenza de dar una versión distinta de los hechos ; pero espero en vano. Y eso, nada menos que todo eso, es lo que hay.
Hubiera sido una falacia inaceptable presentar la opinión de Pío Moa como una versión digna de confrontarse con la de la historiografía de nuestra Guerra Civil. ¿Cómo debemos calificar el hecho de que el jueves pasado, en ese capítulo, sólo se oyera la voz de Pío Moa ? Desconozco todo acerca de los autores y productores de la serie y me limito a expresar lo que pienso de su trabajo y del de los que lo han programado. Porque esto último es lo grave.
Si lo que yo ví el sábado salió a antena sin que ningún responsable de Canal Sur le echara un vistazo, los responsables de Canal Sur deben dimitir, ser cesados o morirse. Si lo vio alguien y lo autorizó, a ese alguien hay que pedirle una responsabilidad infinitamente mayor : la de haber puesto el dinero de los andaluces al servicio de una falsificación reaccionaria de la historia de España.