El Comercio
La nieta del anarquista Aquilino Baragaño denuncia que no le permiten rescatar los restos de su abuelo coincidiendo con la noticia de la decisión del Tribunal Supremo de no exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos.
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Maribel Luna lleva diez años de batalla judicial para recuperar los restos de su abuelo materno, Aquilino Baragaño.
Ayer era un día señalado en Oles. Maribel Luna y su madre, Agradable Baragaño, aguardaban con impaciencia «y poca esperanza, la verdad», el fallo del Tribunal Supremo, porque consideran que si se exhumase a Francisco Franco y se le sacase del Valle de los Caídos «sería mucho más fácil que nos dejasen sacar de allí los restos de mi abuelo Aquilino». Agradable, además, celebraba precisamente ayer su octogésimotercer cumpleaños. Nacida el 28 de febrero de 1934, apenas tenía tres años recién cumplidos cuando su padre, el «anarquista» ‘Quilimín’, un minero langreano de Lada, encuadrado en el Batallón Higinio Carrocera, recibió un disparo en la cabeza en las cercanías de Quintoños (Salas). De allí fue trasladado a un pequeño hospital de Salas y, ya en manos del bando nacional, falleció. Fue enterrado en una fosa común, pero su cadáver aún no descansaría en paz.
Maribel Luna muestra una foto de su abuelo Aquilino Baragaño, en su casa de Oles.
/ ALICIA G. OVIES
Para cuando el monumento del Valle de los Caídos fueinaugurado ya habían pasado dos décadas de la contienda fratricida y, según relata Maribel, «muy poca gente quiso que sus muertos fuesen llevados allí, así que Franco abrió fosas comunes por toda España para llenar el Valle».
Ahora hay en el monumental cementerio que custodian los benedictinos 33.847 cuerpos de combatientes de ambos bandos, «2.234 de ellos, asturianos, aunque solo nosotros hemos peleado por recuperar a mi abuelo», indica Maribel Luna. Recuerda que «el año pasado, el juez autorizó a una familia de Zaragoza a sacar de allí a dos hermanos (Manuel y Antonio Ramiro Lapeña), pero los propios curas no nos dejan sacar a mi abuelo del Valle de los Caídos, igual que a ellos». En realidad, y en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, «el Valle de los Caídos tiene que funcionar con las mismas normas que un cementerio público, así que cualquier persona puede pedir llevarse los restos de un familiar directo que tenga allí». El problema es que el caso del Valle de los Caídos está impregnado de consideraciones de carácter político que lo hacen especial y que, por el momento, ha hecho que todos los cuerpos se hayan quedado donde están, muchos de ellos en cajas comunes en malas condiciones, si bien ese no es el caso de Aquilino Baragaño, «que está perfectamente identificado», recuerda Maribel Luna, que lleva en esta batalla desde 2007.
Por eso, ayer era un día importante, porque «exhumar a Franco y a Primo de Rivera era el primer paso para poder sacar del Valle de los Caídos, porque una vez abiertas sus tumbas, sería más difícil que nadie se oponga a que salgan los demás, que se devuelva los cuerpos de los muertos republicanos a sus familias», según expresa Luis Miguel Cuervo, de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, que también confiesa que la decisión del Supremo «era lo esperado; es siempre lo mismo, porque hay muchísimos intereses políticos y religiosos». En todo caso, «veremos con nuestros abogados qué otras opciones tenemos, si acudir a otras instancias judiciales españolas o europeas, si presionar a los partidos políticos, lo que sea. Lo que tengo claro es que Maribel va a seguir luchando». Y Maribel está más que dispuesta. «Hemos pasado por la Audiencia, el Constitucional, el Supremo, Estrasburgo, la ONU… Estamos pendientes de lo que diga el Tribunal de los Derechos Humanos. No pararé hasta traer a mi abuelo Aquilino a casa». Ella siente que se lo debe a ‘Quimilín’, muerto por la sinrazón de la Guerra Civil a sus escasos 26 años. Y que se lo debe, sobre todo, a su madre, Agradable Baragaño, «la neñina, a la que llaman así porque es pequeña de tamaño, como el abuelo, y que siempre quiso traerle de vuelta». En su cumpleaños de ayer, tras 80 años sin su padre, aún no ha podido ser.