Antonia Lisbona y su compañero Miguel Grau dejaron la memoria escrita de la hazaña y epopeya que vivieron. Unas memorias de amor y revolución donde cuentan la historia vivida por ellos mismos. Miguel Grau fue detenido por participar en la insurrección anarquista de diciembre 1933 y fue miliciano de la columna Ortiz.
Ellos, como muchos otros libertarios sobrevivientes, han dejado constancia de la revolución social ignorada, denigrada y tergiversada. Estas memorias son una contribución de gente humilde, autodidactas, que cultivaron el pensamiento en medio de las adversidades y querían aprender y discernir por ellos mismos. Estas micro-historias son muy valiosas y necesarias para desenmascarar el engaño de la historia oficial, que todavía hoy padecemos. Son una respuesta al silencio y menosprecio de los historiadores y Poderes. “Memorias Completas 1913-1991”. Miguel Grau y Antonia Lisbona Celma. Editorial Virus, 1996.
Datos biográficos de Antonia Lisbona
Antonia Lisbona Celma era la hija de un panadero instalado en Calanda. Comenzó a trabajar a la edad de 18 años como empleada doméstica y luego cuidó niños en Zaragoza y Barcelona. En julio de 1936 volvió a Calanda, donde participó en las actividades de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL), en el grupo de teatro Renacer y en la comunidad local. En diciembre de 1937 se casó con el compañero Miguel Grau Caldú.
Al final de la guerra civil se encontraba en Barcelona. Fue detenida con su hijo de cuatro meses en febrero 1939. El bebé muerto en la cárcel y ella liberada en noviembre 1939. En 1940 fue arrestada de nuevo por el grupo de investigación fascista de su pueblo, Calanda, e internada en el convento de las Cortes, que sirvió de prisión para las mujeres. Y después pasó por las cárceles de Reus, Alcañiz y Zaragoza. A raíz de las denuncias emitidas por los fascistas de Calanda, la llevaron ante un tribunal militar y fue condenada a 30 años de cárcel.
En diciembre de 1945, tras un nuevo juicio, recibió la libertad condicional y logró pasar clandestinamente a Francia en la primavera de 1946. Se instaló en Perpiñán donde se integró en la CNT en el exilio.
Sus padres, Francisco y Pilar, y su hermano Leandro fueron asesinados por Franco.
Su hijo, Germinal, fue asesinado por los franquistas en la cárcel.
Su hija, Margarita Grau, es militante destacada de la CNT-66 (Perpiñán). Su nieta, Sandra, es activistas militante e indignada del Baix Empordà.
Despedida de Sandra, su nieta, en su entierro
Antonia
seguiremos sembrando su historia
la tuya y la de Miguel
la de los sin nombre –
estos anónimos que lucharon por la dignidad y la libertad.
Querida abuela
anarquista,
vivisteis una revolución,
estoy orgullosa de ti.
Querida abuela,
madre y mujer
recuerdo aquellas historias que nos explicabas en las noches
a mi hermana y a mí,
de una lejana guerra y de un rey malvado.
Te robaron la libertad y mataron a tu bebé
escapaste de la muerte y resististe las tinieblas
resistiendo sólo con tu corazón tan grande,
tan fuerte, que no quería descansar para siempre.
Me quedo con tu sonrisa y tus besos,
me quedo con tus cantos, tu puño alzado y tus “jotas” con delantal.
Me quedo con tus cuentos revolucionarios de Calanda en Barcelona de Barcelona a Fourques…
Y me he quedado con las ganas de charlar contigo.
Abuela, de lo que sembrase, aun el campo está lleno.
Te quiero
Datos biográficos de Miguel Grau Caldú
El 10 de noviembre 1913 nace en Calanda (Teruel). Muere en Fourques el 21 de febrero de 2011.
Hijo de campesinos. Deja la escuela a los 10 años para ayudar a su padre en las labores del campo. Cuando tenía 12 años trabajó en la recolecta de aceitunas y dos años después empezó a trabajar en una yesería.
En 1931 se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y a raíz de la insurrección anarquista de diciembre de 1933 fue cerrado durante cinco meses. En 1935, ante la imposibilidad de continuar trabajando en su trabajo, emigró a Barberà de la Conca (Tarragona), donde hizo de viticultor y se afilió a la CNT de Montblanc. Durante las jornadas de julio de 1936 luchó en las barricadas y se alistó en la Columna Ortiz-Carod. Con la militarización de las milicias, continuó luchando en el frente (Quinto de Ebro, Monte Carnero, El Sillero, Cucalón, Belchite, Teruel) encuadrado en la 25 División, pero rechazó los galones. Más tarde, enrolado en una compañía de dinamiteros, guerreó en el frente del Segre y del Ebro.
Al terminar la guerra, pasó a Francia por Cataluña y fue encerrado en varios campos de concentración (San Cipriano, Vernet y Setfonts). Pudo huir del encierro, enrolado en una compañía de trabajadores con la que recorrió gran parte de Occitania (Miramare, Sanch Amasías, Orange, Tolón). Una vez pudo escapar de la compañía, hizo trabajo en Sant Pau de Fenollet y después de payés en Vingrau y la Laguna, donde hizo contactos con la CNT y pudo huir de los nazis tras ser detenido.
Al acabar la guerra se estableció en Perpiñán y en abril de 1946 pudo reencontrarse con su compañera, Antonia Lisbona Celma, que no veía desde diciembre de 1937. La pareja vivió en Castelsarrasin, Castelmayran y Montalbán, antes de establecerse definitivamente en Fourges en 1950. En estos años participó activamente en varios plenos y congresos cenetistas como observador y fue nombrado delegado en plenos comarcales, también fue elegido secretario de la CNT de Fourques. Más tarde estaba afiliado a la CNT de San Esteban del Monasterio.
Podemos encontrar colaboraciones suyas en las revistas
Cenit
y
Orto
. Es autor de los libros de poemas “El abuelo de los doce” y “Poemas de un campesino aragonés”, y los libros autobiográficos, escritos con su compañera, “luchas, amor, esperanza (dos vidas Unidas). Relato biográfico de Miguel Grau y Antonia Lisbona “(1988) y” Memorias completas (1911-1991) “(1996).
* Txema Bofill es activista libertario. Artículo publicado en el núm. 145 de la revista Catalunya.
