La Vanguardia/Ramón Álvarez
Las relaciones con las instituciones republicanas fue tensa antes de la guerra y también durante la guerra. En ese artículo se reflejan algunas de estas tensiones. Incluso sus críticas también iban dirigidas a la actuación en la retaguardia por parte de la CNT
El líder anarcosindicalista criticó duramente desde el frente los enfrentamientos políticos de la retaguardia y el decreto de militarización que suponía el final de las milicias populares que luchaban por la República
José Buenaventura Durruti en el frente de Aragón, en una imagen censurada durante el franquismo
Otras Fuentes
“Cuando los hombres están exhaustos y a punto de derrumbarse de agotamiento, Durruti acude a hablarles e insuflar renovado valor en los combatientes. Cuando las cosas se pusieron feas en Zaragoza, Durruti subió a un aeroplano para dejarse caer en los campos de Aragón y liderar a los partisanos catalanes. Vayas donde vayas, se habla de Durruti, al que se considera un superhombre”.
Así definía a José Buenaventura Durruti el periodista canadiense de origen neerlandés Pierre van Paassen tras entrevistarse con él en el frente de Aragón, probablemente en el cuartel general que la denominada columna Durruti estableció en Bujaraloz, donde se improvisó un aeródromo.
La entrevista se publicó en el rotativo canadiense Toronto Daily Star con fecha de 5 de agosto de 1936, después de la primera desbandada de los milicianos ante el ataque de las tropas franquistas. Los sublevados contaban con el apoyo de una aviación a la que no podían combatir las milicias al no disponer apenas de artillería, lo que pronto dejó en evidencia lo iluso de su objetivo: tomar Zaragoza y desde ahí avanzar hacia Pamplona y Madrid.
Milicianos de la columna Durruti posan en el frente de Aragón
Esa era la cruda realidad de un nutrido y valeroso grupo de voluntarios, pero apenas uniformados y sólo armados con unos precarios naranjeros, subfusiles de fabricación alemana, que la CNT se había incautado en el cuartel de Sant Andreu de Barcelona. Así las cosas, la columna tuvo que renunciar a cualquier asalto ambicioso para limitarse incautar tierras y tratar de colectivizarlas –de una forma más simbólica que real– y estabilizar la línea del frente a la espera de las unidades de artillería del Ejército regular.
En sus declaraciones, Durruti no ocultaba que su columna luchaba contra el fascismo “a pesar del Gobierno”. Tanto del de la República como del de la Generalitat, de los que se sentía huérfano apenas dos semanas después de iniciarse la guerra. Un tiempo suficiente para que los dos gobiernos legítimos mostrasen sus carencias.
Superada por los acontecimientos, la Generalitat de Lluís Companys apoyó en cuanto fracasó el levantamiento militar en Catalunya la formación del Comité Central de Milicias Antifascistas de Catalunya. Un organismo del que cedió el control que debía controlar y organizar los grupos armados de prácticamente todas las fuerzas que conformaban el Frente Popular, aunque con un claro dominio de la CNT y la FAI.
Multitudinaria despedida a Durruti en la Via Laietana de Barcelona antes de su entierro
Una de las primeras misiones de este comité fue la organización de agrupaciones como la propia columna Durruti, un grupo de unos 2.500 milicianos catalanes que el 25 de julio marcharon al frente. Entretanto, en la retaguardia se establecía una abierta pugna por un poder que trascendía los límites de las administraciones.
En esa tesitura y tras meses de frustración y estancamiento en el frente, el líder anarcosindicalista se dirigió a la retaguardia en un discurso radiado que ofrecemos íntegramente para denunciar tanto la situación de abandono de los milicianos como lo que consideraba un aburguesamiento de las propias formaciones anarquistas, que habían aceptado formar parte del Govern de la Generalitat y del Gobierno republicano, ocupando consejerías y ministerios.
Aunque esa no fue la mayor traición para los milicianos, sino la aprobación tanto por parte de la Generalitat como del Gobierno, presidido por el socialista Francisco Largo Caballero, del decreto de militarización de todas las fuerzas irregulares que apoyaban la legalidad republicana, lo que suponía su sumisión al Ejército.
Testimonios de la época señalan el alto interés que levantaron las palabras de Durruti en Barcelona ante una ciudadanía que se agolpó durante toda la tarde del 4 de noviembre de 1936 en la Rambla, donde diversos altavoces informaban puntualmente de lo que acontecía en el frente, para escuchar a quien se consideraba un ídolo, como había señalado Van Paassen. Sus palabras resonaron esa noche en toda la retaguardia republicana.
Pocos días después, Durruti partió con una parte de su columna –unos 1.500 milicianos sobre los 6.000 que en ese momento formaban parte del frente de Aragón– para apoyar la defensa de Madrid. La batalla de la Ciudad Universitaria, entre el 15 y el 23 de noviembre, se cobró la vida de la mayoría de milicianos, carne de cañón en un enfrentamiento que consiguió frenar el avance de las fuerzas franquistas sobre la capital.
El 19 de noviembre el propio Durruti caía fulminado por un disparo a quemarropa en el tórax. Aunque la CNT atribuyó el deceso a “una bala fascista”, enseguida se sucedieron todo tipo de especulaciones. A la luz de diversos testimonios, la versión más aceptada fue la del disparo accidental del naranjero –un arma que carecía de seguro– de uno de sus subordinados.
El discurso
“Trabajadores de Catalunya:
”Me dirijo al pueblo catalán, a ese pueblo generoso que hace cuatro meses supo deshacer la barrera de los militarotes que querían someterle bajo sus botas. Os traigo un saludo de los hermanos y compañeros que luchan en el frente de Aragón, a unos kilómetros de Zaragoza, y que están viendo las torres de la Pilarica.
”A pesar de la amenaza que se cierne sobre Madrid, hay que tener presente que hay un pueblo en pie y por nada del mundo se le hará retroceder. Resistiremos en el frente de Aragón, ante las hordas fascistas aragonesas, y nos dirigimos a los hermanos de Madrid para decirles que resistan, pues los milicianos de Catalunya sabrán cumplir con su deber, como cuando se lanzaron a las calles de Barcelona para aplastar al fascismo.
”No han de olvidar las organizaciones obreras cuál debe ser el deber imperioso de los momentos presentes. En el frente, como en las trincheras, hay un pensamiento, sólo un objetivo. Se mira fijo, se mira adelante, con el solo propósito de aplastar al fascismo.
Pedimos al pueblo de Catalunya que se terminen las intrigas, las luchas intestinas; dejad las rencillas y la política y pensad en la guerra”
”Pedimos al pueblo de Catalunya que se terminen las intrigas, las luchas intestinas; que os pongáis a la altura de las circunstancias; dejad las rencillas y la política y pensad en la guerra. El pueblo de Catalunya tiene el deber de corresponder a los esfuerzos de los que luchan en el frente. No tendrá más remedio que movilizarse todo el mundo; y que no crean que se han de movilizar siempre los mismos.
”Si los trabajadores de Catalunya han de asumir la responsabilidad de estar en el frente, ha llegado el momento de exigir del pueblo catalán el sacrificio también de los que viven en las ciudades. Es necesaria una movilización efectiva de todos los trabajadores de la retaguardia, porque los que ya estamos en el frente queremos saber con qué hombres contamos detrás de nosotros.
”Me dirijo a las organizaciones y les pido que se dejen de rencillas y de zancadillas. Los del frente pedimos sinceridad, sobre todo a la CNT y la FAI. Pedimos a los dirigentes que sean sinceros. No es suficiente con que nos envíen cartas al frente alentándonos, y con que nos envíen ropa, comida y cartuchos y fusiles. Es necesario también darse cuenta de las circunstancias, prever el avenir.
Los del frente pedimos sinceridad, sobre todo a la CNT y la FAI. No es suficiente con que nos envíen cartas al frente alentándonos”
”Esta guerra tiene todos los agravantes de la guerra moderna y está costando mucho a Catalunya. Se tienen que dar cuenta los dirigentes de que si esta guerra se prolonga mucho hay que empezar por organizar la economía de Catalunya, hay que establecer un código en el orden económico. No estoy dispuesto a escribir más cartas para que los compañeros o el hijo de un miliciano coma un trozo de pan o un vaso de leche más mientras existen consejeros que no tienen tasa para comer y gastar.
”Nos dirigimos a la CNT-FAI para decirles que si como organización controlan la economía de Catalunya deben organizarla como es debido. Y que no piense nadie ahora en aumentos de salarios y en reducciones de horas de trabajo. El deber de todos los trabajadores, especialmente los de la CNT, es el de sacrificarse, el de trabajar lo que haga falta.
”Si es verdad que se lucha por algo superior os lo demostrarán los milicianos que se sonrojan cuando ven en la prensa esas suscripciones a favor suyo, cuando ven esos pasquines pidiendo socorro para ellos. Los aviones fascistas nos tiran en sus visitas diarios en los que pueden leerse listas de suscripciones para los que luchan que hacéis vosotros. Por esto tenemos que deciros que no somos pordioseros y, por lo tanto, no aceptamos la caridad bajo ningún concepto.
No estoy dispuesto a escribir más cartas para que el hijo de un miliciano coma un trozo de pan mientras hay consejeros que no tienen tasa para comer y gastar”
”El fascismo representa y es, en efecto, la desigualdad social. Si no queréis que los que luchamos os confundamos a los de retaguardia con nuestros enemigos cumplid con vuestro deber. La guerra que hacemos actualmente sirve para aplastar al enemigo en el frente. ¿Pero es éste el único? No. El enemigo es también aquel que se opone a las conquistas revolucionarias y que se encuentra entre nosotros, y al que aplastaremos igualmente.
”Si queréis atajar el peligro se debe formar un bloque de granito. La política es el arte de la zancadilla, el arte de vivir, y éste debe suplantarse por el arte del trabajo. Ha llegado el momento de invitar a las organizaciones sindicales y a los partidos políticos para que esto termine de una vez. En la retaguardia se ha de saber administrar. Los que estamos en el frente queremos detrás una responsabilidad y una garantía y exigimos que sean las organizaciones las que velen por nuestras mujeres y nuestros hijos.
”Si esa militarización decretada por la Generalitat es para meternos miedo y para imponernos una disciplina de hierro se han equivocado. Vais equivocados, consejeros, con el decreto de militarización de las milicias.
Si esa militarización decretada por la Generalitat es para meternos miedo y para imponernos una disciplina vais equivocados, consejeros”
”Ya que habláis de disciplina de hierro, os digo que vengáis conmigo al frente. Allí estamos nosotros, que no aceptamos ninguna disciplina, porque somos conscientes para cumplir con nuestro deber. Y veréis nuestro orden y nuestra organización. Después vendremos a Barcelona y os preguntaremos por vuestra disciplina, por vuestro orden y por vuestro control, que no tenéis.
”Estad tranquilos. En el frente no hay ningún caos, ninguna indisciplina. Todos somos responsables y conocemos el tesoro que nos habéis confiado. Dormid tranquilos. Pero nosotros hemos salido de Catalunya confiándoos la economía. Responsabilizaos, disciplinaos. No provoquemos, con nuestra incompetencia, después de esta guerra, otra guerra civil entre nosotros.
No provoquemos, con nuestra incompetencia, después de esta guerra, otra guerra civil entre nosotros”
”Si cada cual piensa en que su partido sea más potente para imponer su política está equivocado, porque frente a la tiranía fascista sólo debemos oponer una fuerza, sólo debe existir una organización, con una disciplina única.
”Por nada del mundo aquellos tiranos fascistas pasarán por donde estamos. Esta es la consigna del frente. A ellos les decimos: ‘¡No pasaréis!’. Y a vosotros os corresponde gritar: ‘¡No pasarán!’”