La noticia de esta nueva muerte de un trabajador a manos de la policía corrió como la pólvora por la ciudad, empezando rápidamente a sucederse los actos de repulsa. Al día siguiente se reunieron los sindicatos CNT, CC.OO., UGT y USO acordándose la convocatoria de una huelga en todos los sectores para el día siguiente, 27 de junio, fecha prevista para el entierro de Valentín. Dicha huelga tuvo un seguimiento absoluto en todas las grandes empresas y polígonos de Valencia y las comarcas adyacentes, así como en todos los servicios públicos. A la hora del entierro ya eran miles las personas que esperaban a la puerta del depósito del Hospital Clínico, formándose a la salida del cuerpo de Valentín una manifestación de más de 300.000 persona, que acompañó el ataúd hasta el Cementerio General.
La CGT y el conjunto del anarcosindicalismo y del movimiento libertario han venido reclamando desde entonces la memoria de Valentín González, exigiendo que se pusiera al instituto que se construyó tras el cierre del mercado el nombre del nuestro compañero o que en el lugar de su muerte se coloque alguna placa que recuerde a las nuevas generaciones a Valentín y a todos los trabajadores que dieron su vida en defensa de los derechos y libertades colectivos.
En estos momentos, en que tanto se habla de Memoria Histórica, la CGT considera que Valentín González y todos los muertos y represaliados en la larga Transición también son parte de la memoria histórica reciente, y como tal estamos decididos a seguir reivindicando su recuerdo.
P.-S.
Gabinete de Prensa CGT-PV