Cecilio Gordillo
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Nunca está de más recordar los interesantes debates organizados en Jerez en torno a “La Tierra”, o sobre los sucesos de Casas Viejas en su cincuenta aniversario, o sus gestiones para que la memoria de los Presos del Canal estuvieran presentes en el ámbito universitario (UIMP), etc..
Antonio ha sido premiado con el Premio Nacional de Historia 2006, y muchos nos hemos alegrado.
Para muchos de nosotros es “el Maestro” aunque nunca hayamos asistido a sus clases en la Universidad, pero sí en los locales sindicales o en cualquier otro sitio. Siempre hemos encontrado en él apoyo y ánimos para seguir adelante en nuestra tarea por la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía y en especial del movimiento obrero y popular. Y siempre un consejo, “…. mantener las distancia, y la independencia, necesaria de las Instituciones y su política “fagocitadora” de iniciativas surgidas de la sociedad civil”. Algo que intentamos, siempre, llevar a la práctica.
Gracias Antonio, seguiremos viéndonos, y colaborando, en este duro y largo camino que hemos iniciado.
Algo de esto viene a decir Eva Díaz Pérez en su columna de hoy (26.10.2006) de El Mundo de Andalucía.
La Andalucía inacabada
Recuerdo su pasión, el rigor, el didactismo con el que explicaba aquel episodio de la serie documental de Basilio Martín Patino, Andalucía, un siglo de fascinación, en la que colaboraba como asesor histórico. Para explicar el fracaso de esta tierra riquísima, destripaba el siglo XIX, se detenía en episodios medievales sobre el reparto de la tierra, se lamentaba del panorama agrario andaluz, detallaba los convulsos episodios sociales hasta componer un retrato agridulce sobre esta Andalucía invertebrada y desgraciada. El andaluz Antonio Miguel Bernal, uno de los más brillantes investigadores y ensayistas, consiguió ayer el Premio nacional de Historia por su obra España. Un proyecto inacabado.
Hace años, cuando se publicó la Historia de Andalucía que se editó por entregas en el mítico y desaparecido Diario 16, yo leía con detenimiento los capítulos escritos por Antonio Miguel Bernal. Abordaba la decadencia del siglo XVII o la lucha por la tierra en el XIX desde la entraña económica con un título escogido de la novela de José Mas, El rebaño hambriento en la tierra feraz. Resumía así el paradójico destino de un lugar que había sido asiento de la rica Bética romana, del brillante periodo andalusí, del imperio a raíz de los descubrimientos y la colonización del continente americano y que, sin embargo, había terminado hundido en el atraso económico, la conflictividad social, la dependencia política, el paro o el analfabetismo. Y él se preguntaba : ¿cómo se pudo llegar a esto ? Antonio Miguel Bernal nunca ha sido un historiador autocomplaciente, gris ni mediocre. A mí siempre me han sorprendido sus preguntas. Sus ensayos están llenos de interrogaciones, porque cuestiona los manuales académicos, las verdades oficiales. Es un repensador de la Historia.
Descubro en los libros de Antonio Miguel Bernal una fascinación por los territorios inexplorados, por las aristas de la Historia, por los episodios tergiversados y mal contados, por las razones de los fracasos. Por eso, Antonio Miguel Bernal ha explicado tan bien el fracaso de Andalucía. En aquella Historia de Andalucía titulaba el último episodio : La Andalucía contemporánea. Una etapa de modernización inacabada. Y denunciaba todo lo que quedaba por hacer, alejándose así de los historiadores de las patrias perfectas. Ayer, un andaluz sabio y algo heterodoxo recibía un premio por cuestionar las patrias inacabadas, aunque aún sonaran de fondo las voces que pregonaban la « realidad nacional » y los destinos históricos.