Octavio Alberola
Nardo nació en Barcelona el 29 de mayo de 1937, casi al mismo tiempo en que su padre había sido herido en los enfrentamientos con los estalinistas. Poco después, su padre volvió al frente y al final de la guerra se exiló en Francia, quedando Nardo y su madre en Barcelona. Tras la liberación de París, su padre participó en la constitución de la Federación Local de la CNT en esta ciudad.
Nardo y su madre tuvieron que sobrevivir durante la posguerra en España, donde las autoridades franquistas la obligaron a ponerle a Nardo un nombre del santoral católico, de ahí que en todos los documentos oficiales figure como Maximino Nardo Imbernón Cano. No fue hasta 1948 cuando pudieron salir de España y reunirse con su padre en París.
Al igual que su padre había hecho en España, Nardo comenzó a frecuentar muy joven los medios libertarios exiliados y se afilió a finales de los cincuenta a las Juventudes Libertarias de París y luego a la CNT. Tras la reunificación del Movimiento Libertario Español y la constitución en 1962 del organismo conspirativo Defensa Interior (DI), Nardo no escatimó su apoyo y participación en la puesta en marcha de este organismo de lucha contra el franquismo y su domicilio en París sirvió en numerosas ocasiones de base para miembros clandestinos del DI.
En 1963, tras la ejecución en Madrid de los compañeros Francisco Granado y Joaquín Delgado, Nardo fue detenido junto con varias decenas de jóvenes libertarios españoles rersidentes en Francia y los militantes confederales Cipriano Mera y José Pascual. Las autoridades francesas no pudieron sostener contra ellos ninguna acusación precisa, salvo la de ser simpatizantes del DI y de las Juventudes Libertarias, y en el caso de Nardo por ser secretario de la Federación Local de la FIJL de París. Nardo estuvo preso casi un mes y fue de los primeros en ser puesto en libertad junto con Cipriano Mera, lo que aprovechó para participar en las movilizaciones en solidaridad con los compañeros que seguían presos.
Tras la ruptura provocada por el sector esgleista en el Congreso de la CNT en el exilio realizado en 1965 en la ciudad francesa de Montpellier, Nardo siguió militando en las Juventudes Libertarias y en los grupos confederales que a finales de los años sesenta comenzaron a agruparse alrededor del periódico Frente Libertario y que acabaron constituyendo, en una reunión celebrada en la ciudad francesa de Narbonne, las Agrupaciones Confederales y Libertarias del exilio. A partir de ese momento, Nardo, que era uno de los militantes más jóvenes de estas Agrupaciones, dedicó todas sus esfuerzos a consolidarlas para aportar el apoyo de todos los grupos esparcidos por el territorio francés a la reconstitución de la CNT en España.
Tras la muerte de Franco, Nardo y los demás compañeros de estas Agrupaciones se pusieron a disposición de la CNT reconstituida en España para aportar a la Organización confederal la ayuda de los viejos militantes confederales residentes en Francia que seguían militando en las Agrupaciones Confederales y Libertarias. Al producirse la ruptura en el seno de la CNT reconstituida y después de que el sector más afin a estas Agrupaciones se viera obligado a renunciar legalmente a las siglas CNT y adoptar las de CGT, Nardo y los demás compañeros de las Agrupaciones Confederales y Libertarias dedicaron toda su actividad a potenciar la acción anarcosindicalista de la CGT.
A partir de los años 1997-98 fue nombrado secretario de las Agrupaciones Confederales de la CNT/CGT. Después de obtener la jubilación, Nardo eligió domicilio en Mazarrón, el pueblo en donde había nacido su padre y en en el que pasaba ahora largas temporadas sin dejar de mantener contacto con los grupos de Francia a través de circulares y por teléfono, a la vez que en los desplazamientos a Francia no dejaba de ir a ver algún compañero-a sin medios de movilidad. Asistió a casi todos los Congresos de CGT y dio algunas conferencias, entre ellas una sobre Vivancos, al mismo tiempo que aportaba su participación a las diferentes actividades que se desarrollaban en Valencia organizadas por la Fundación Salvador Seguí.
Últimamente era el coordinador de CGT-Emigración y miembro del Comité Confederal de CGT. Nardo fue enterrado en el cementerio Père –Lachaisse de París el 22 de agosto de 2008 junto con la bandera roja y negra.
Octavio Alberola