Desde el Grupo Socialista, Fernando Pablos, su portavoz, presentó la moción como una muestra de “dignidad colectiva” e indicó a los populares que bastaba con que se abstuvieran para que saliera adelante la propuesta, como ha ocurrido recientemente con concejales del mismo partido en los Ayuntamientos de Girona y Granollers. Además, en el caso concreto del título de “alcalde de honor a perpetuidad” de que disfruta Franco, Pablos apuntó que se da una situación conflictiva con el mismo título que el 5 de abril de 1982 el Ayuntamiento otorgó al rey Juan Carlos, aunque en este caso “con carácter vitalicio y exclusivo”. La concesión al Monarca se acordó por creer la corporación, en aquel momento, “que el título se encontraba vacante, pero estaba ocupado por un difunto”, precisó Pablos, quien pidió que se subsanara tal error. Como respuesta, el alcalde puso a votación la moción y el pleno terminó en 11 minutos. Sin expediente previo
La moción planteaba “dejar sin efecto” la concesión, “con carácter excepcional, de la primera medalla de oro de la ciudad de Salamanca al dictador Francisco Franco Bahamonde”, acordada por la corporación el 12 de marzo de 1948. Entonces, en el acuerdo se estableció que se hacía la excepción de no abrir expediente previo necesario “por resultar mezquino el marco de un expediente para recoger el desbordado entusiasmo y la expresión de gratitud infinita que la municipalidad salmantina siente y guarda al Generalísimo”.
En una segunda parte, la moción socialista proponía anular el acuerdo del 1 de abril de 1964 que concedió a Franco el título de alcalde honorario a perpetuidad (12 días después se comunicó que aceptaba “complacido”) “como homenaje de gratitud y adhesión de la Corporación Municipal, en nombre de la ciudad, y en conmemoración del XXV Aniversario de la Paz Española de la que es artífice y creador”.
Al terminar el pleno, el portavoz socialista señaló que, “desgraciadamente, hoy Salamanca ha vuelto a ser una excepción”, como ya ocurrió a finales de diciembre pasado al no aprobarse la retirada de la moción de destitución de Miguel de Unamuno en 1936 y devolver el honor al alcalde y concejales fusilados al comienzo de la Guerra Civil.
Pablos calificó de “cobardía democrática” la decisión del Grupo Popular de no debatir la moción y señaló que el PP ha mostrado su aspiración de “cultivar los votos que le queda de la extrema derecha”.
IGNACIO FRANCIA / EL PAIS