Todos los nombres

Con la muerte de Josefa Trujillo se muere una parte de nuestra historia.

Hoy ha muerto, a los 98 años de edad, Josefa Trujillo, víctima de la represión franquista, la represión planificada contra las mujeres de izquierdas. Josefa era la última víctima de esta represión que aún vivía, en Benamejí.

A Josefa, como a otras muchas mujeres de mi pueblo, y de toda España, los militares golpistas y los falangistas de Benamejí la raparon y la pasearon por el pueblo. Josefa, a sus casi cien años, todavía tenía miedo, y le costaba mucho hablar de lo que le hicieron esos canallas.

Josefa fue una mujer valiente, una joven soñadora que luchó por un mundo mejor. Era una de las mujeres que acudían al Centro Obrero Socialista, “el centro”, que estaba situado en la calle Ermita. Ser mujer y ser de izquierdas, esos fueron los delitos que Josefita cometió para que la humillaran y la vejaran esos canallas, que después de raparle la cabeza en el antiguo Ayuntamiento, la pasearon por el pueblo, para que todos pudieran burlarse de ella.

Josefa seguía con el miedo metido dentro del cuerpo, por eso no quiso saber nada de la indemnización que la Junta pagó a los mujeres vejadas por el franquismo.

Gracias Josefa, gracias a todas esas mujeres que lucharon por la libertad y por un mundo mejor. Gracias Josefa, por tu dignidad y por tu valentía.

Que su nombre no se borre de la historia. Esa es nuestra labor y nuestra obligación. Que la tierra te sea leve compañera Josefa.