Experiencias en la Historia 5
Experiencias en la Historia 5. La Enseñanza durante la Revolución Española



Panel dedicado al CENU y a la Escuela de Militantes de Aragón


EL CENU : Consejo de la Escuela Nueva Unificada



“Ningún niño sin escuela, ninguna escuela sin maestro.”

El

CENU

se crea el 27 de julio de 1936 y lleva a cabo su labor bajo las durísimas condiciones de la guerra civil española. Nace con la finalidad de coordinar la enseñanza en la Cataluña de la Revolución. Es una experiencia de pedagogía libertaria desde la escuela estatal. Bajo el CENU se unifican escuelas racionalistas de sindicatos y ateneos y la red de escuelas públicas republicanas. Se basa en los principios del trabajo y de la fraternidad humanas.

Presidido por el pedagogo anarquista Juan Puig Elías, se propone la reforma completa de la enseñanza desde la primaria a la universidad. Sin embargo, el CENU tiene que ocuparse antes de nada de la escolarización de la infancia. Se construyen nuevas escuelas y se requisan colegios religiosos. En muchos de ellos se dispone de un huerto escolar. En poco tiempo el número de niños escolarizados en Barcelona pasa de 34.431 a 116.846.

En el terreno puramente pedagógico se aprovechan las teorías racionalistas de Ferrer i Guàrdia, aunque muy matizadas por el neutralismo antidogmático de Ricardo Mella. La enseñanza tiene como base la formación profesional y se caracteriza por el laicismo, la coeducación de niños y niñas, la formación artística, la enseñanza del catalán y la utilización de métodos innovadores y participativos, como por ejemplo el de Freinet y Montesori. Se presta asistencia sanitaria y psicológica a los alumnos.

Los grandes problemas que tuvo que afrontar el CENU, falta de maestros y maestras, las propias críticas de sectores anarquistas por estar encuadrado dentro del gobierno de la Generalitat, y, sobre todo, el avance de la contrarrevolución y del frente de guerra, malogran definitivamente esta experiencia de pedagogía libertaria.



ESCUELA DE MILITANTES DE ARAGÓN

Durante la Revolución y al margen de las actividades del CENU, ateneos y sindicatos anarquistas crean escuelas de militantes cuyo principal objetivo es la formación ideológica de los afiliados y su preparación para participar y gestionar la nueva sociedad que está surgiendo. La más ilustre de todas ellas es la Escuela de Militantes de Aragón, creada en Monzón en 1937 en la que Félix Carrasquer, entre otros, preparaba a los jóvenes anarquistas tanto ideológicamente como en la administración de las colectividades.

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