“Nuestras aulas no son demasiado distintas a las prisiones. Obligar a los niños a estar callados en los bancos durante seis horas al día significa arrebatarles su primer derecho : ser ellos mismos.”
La escuela de Summerhill fue fundada en Inglaterra en 1921 por el psicólogo escocés Alexander S. Neill (1883-1973). Aunque discutida, se trata de una de las principales experiencias de escuela libertaria.
Summerhill surge como respuesta a la escuela tradicional y a las demás instituciones represivas de la sociedad, principalmente, la familia y la religión. Desde posiciones rousseaunianas y psicoanalíticas, Neill defiende la bondad natural de la infancia y culpabiliza a la sociedad de volver malas a las personas mediante los dogmas morales y la coerción de su energía natural. Toda represión pervierte las relaciones humanas y crea personas infelices y malvadas.
A la educación tradicional, Neill opone una formación antiautoritaria, basada en la libertad, que permita a cada uno vivir según su propia manera. No hay imposiciones : ni la asistencia a las clases ni cuánto estudiar. Cada alumno aprende la responsabilidad y la solidaridad por sí mismo. Esta libertad también implica la renuncia por parte del adulto a imponer sus ideas políticas, religiosas, filosóficas o de cualquier otro tipo. El objetivo de esta educación nueva es conseguir personas libres y felices.
En Summerhill todas las cuestiones de organización cotidiana, las reglas de convivencia y los programas de estudio son decididos de forma asamblearia por adultos y niños. Si alguien incumple las normas, es “juzgado” por un tribunal de niños y niñas. Mediante el autogobierno se consigue ejercer la libertad con responsabilidad. En Summerhill la libertad es una construcción colectiva.