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El limbo de los ’desaparecidos
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En Sevilla hubo 4.000 fusilados durante la Guerra. De ellos, sólo 890 figuran en el Registro Civil. Para inscribir a los miles de “desaparecidos”, la ley exige la comparecencia personal de un familiar directo que solicite la gestión. Si esto no ocurre, aunque se tenga la documentación necesaria para acreditar la existencia de la víctima, normalmente fusilado, no se puede hacer nada. “Quedas condenado al limbo de los desaparecidos perpetuos”, ironizaba ayer Cecilio Gordillo, coordinador de Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA).

“Si hubo 4.000 asesinados en una sola ciudad, no quiero ni pensar cuántos habrá en total”, reflexionaba Gordillo. Por ello propone una “modificación de la ley de registros, que haga justicia de una vez por todas”.

Uno de los casos “más sangrantes” según Gordillo, es el de Antonio Muñoz Benítez, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla) por “aclamación popular”. Un retrato con su rostro aún preside una de las salas del Ayuntamiento. Los documentos que acreditan su paso por el Consistorio “suman toneladas”, según Gordillo. Y sin embargo, aún no se ha inscrito en el registro con su razón de muerte : Asesinado.

La página web

todoslosnombres.org

muestra una mini biografía del alcalde. Benítez fue maestro en escuelas de la Serranía de Cádiz y de Córdoba. Se fue a Marruecos unos años para librarse del servicio militar. Allí aprendió francés y árabe y, a su vuelta, impartió clases en el pueblo y dio conferencias sobre el Comunismo Libertario. Se le apodó “El Laico”, razón suficiente para que las autoridades de la época decidieran asesinarle.

El jueves 30 de julio de 1936, a las 11 de la mañana, dos guardias civiles y dos falangistas lo encerraron en la cárcel del pueblo. Los seleccionados para ejecutarle se negaron a disparar por “no tener motivos” contra él. Un sacerdote le visitó y dijo después : “Qué lástima de hombre, es un ateo convencido, pero que cabeza más valiosa para la cultura”. Poco después fue asesinado.

Gordillo insiste en que hay documentación fehaciente para inscribir al alcalde en el registro. “¿Qué culpa tiene él de no haber tenido familia ?”, protestaba. También critica la actuación de algunos jueces que solicitan “testigos presenciales” a falta de familiares. “Cuando se produce un asesinato, el único testigo es el que aprieta el gatillo… y no creo que vaya a venir a declararse culpable”, se desespera. “Pido un acto de justicia. Ni más ni menos”.

Gordillo celebra que en pueblos como Aguilar de la Frontera (Córdoba) se haya abierto un registro específico que muestra, “la constancia oficial de una intención de registro”. El consistorio de Dos Hermanas también llegó a un “acuerdo unánime” para registrar en 2005 al “ex alcalde asesinado”, asegura Gordillo. Este diario intentó confirmar la resolución sin éxito con la responsable de Memoria Histórica del Ayuntamiento, María Antonia Naharro.

LIDIA JIMÉNEZ – EL PAIS- Sevilla – 27/08/2008

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