Aquel día se recordó a los asesinados, ocho hombres y una mujer, con un homenaje multitudinario en el pueblo, que concluyó con la plantación de árboles y la colocación de la placa, en la que aparece una paloma, los nueve árboles (uno por cada persona asesinada), y la leyenda : “Parque por la Paz y la Memoria”.
Todas estas celebraciones se llevaron a cabo con el consentimiento verbal de este alcalde, quien consideraba de más expresarlo por escrito. Algunos de los concejales, también socialistas, asistieron a las reuniones de preparación.
El alcalde, que no asistió al homenaje ni quiso participar de ninguno de los actos, a pesar de las invitaciones de los familiares, ha arrancado la placa conmemorativa y la ha hecho desaparecer, sin que medie explicación alguna por su parte.
Personal del ayuntamiento de Villabáñez comenta que el alcalde dice “tener presiones de la derecha”, pero en ningún momento se ha notificado el hecho a las familias, y la placa, pagada por ellos, ha desaparecido.
¿Un motivo más para que nos llamen “Fachadolid” ?
La acción de este alcalde se corresponde más con la de un cacique que con la de un edil moderno, pues actúa movido por sus motivos personales, sin tener en cuenta el perjuicio que hace no solo a los vecinos (por cierto, la mayoría votantes ANTES de este hecho del PSOE), sino a la convivencia en el pueblo.
Un alcalde que se salta la ley, que intimida a los vecinos y que actúa únicamente por motivos personales no puede ser alcalde.
El Partido Socialista de Valladolid debe responder de inmediato, y este personaje ha de retirarse de la vida política de inmediato.
LA MEMORIA HISTÓRICA HA SIDO UNA VEZ MÁS CONCULCADA Y HUMILLADA, PERO NO VENCIDA.
Emilio Alba