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Huimos de ver su figura como un mito. Fue real, participó en grupos de acción, dirigió la columna Durruti y con sus errores y sus aciertos fue un gran militante libertario
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Buenaventura Durruti Dumange (León, 14 de julio de 1896 – Madrid, 20 de noviembre de 1936) fue un sindicalista y revolucionario anarquista español.
Siempre hemos vivido en barracas y tugurios. Pero no olviden que también sabemos construir. Somos nosotros los que hemos construido los palacios y las ciudades en España, América y en todo el mundo. Nosotros, los obreros, podemos construir nuevos palacios y ciudades para reemplazar a los destruidos… La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia. Pero nosotros llevamos un mundo nuevo dentro nuestro, y ese mundo crece a cada instante. Está creciendo mientras yo hablo con usted”. Buenaventura Durruti. (Declaraciones a Van Paasen).
En 1912 empezó a trabajar como ajustador mecánico en los talleres del ferrocarril e inicia su actividad sindical en la Unión de Metalúrgicos de la Unión General de Trabajadores (UGT).
Tras abandonar el taller, trabajó como montador de lavaderos de carbón y pronto se vio envuelto en la lucha de unos mineros de Matallana, a 30 kilómetros de León, que pugnaban por expulsar a un ingeniero antiobrero; entre todos consiguieron que fuera despedido.
En 1917, trabajando como ajustador mecánico en la Compañía de Ferrocarriles del Norte, participó activamente en la huelga organizada por ferroviarios ugetistas y secundada por los anarcosindicalistas, especialmente en actos de sabotaje dirigidos a impedir el funcionamiento de los trenes (quema de locomotoras, levantamiento de vías, etc.), huelga que fue duramente reprimida por el ejército: 17 trabajadores muertos, 500 heridos y 2.000 encarcelados sin juicio. A causa de ello, fue buscado por la Guardia Civil, despedido del trabajo y expulsado por su radicalismo de la UGT, y por declararse desertor del ejército, tuvo que exiliarse en Francia.
Entre diciembre de 1917 y enero de 1919 trabajó de mecánico en París, donde entró en relación con militantes anarquistas catalanes y empezó a asimilar los planteamientos libertarios. Tras una breve estancia en la Península, donde después de descubrirse su condición de desertor es detenido y encarcelado, y, posteriormente, liberado por sus compañeros, se exilió de nuevo en Francia.
En julio de 1919 y trabajó como mecánico en la fábrica Renault de París, Isla de Francia, (Francia).
En la primavera de 1920 volvió a cruzar los Pirineos, trabajó primero en el País Vasco, (España) y luego recorrió gran parte de la Península. Junto con otros compañeros crean el grupo anarquista «Los Justicieros» que después se llamaría “Grupo Los Solidarios”para hacer frente a la represión institucionalizada y para obtener armas y dinero para el mantenimiento de las luchas y los detenidos. El campo de su acción se repartía entre Aragón y Guipúzcoa, (España) y una de las misiones que se plantearon fue la ejecución del rey Alfonso XIII que había de asistir a la inauguración del Gran Kursaal de San Sebastián, (España); el intento fracasó por una denuncia.
En 1920 se trasladó a Barcelona, aconsejado por la anarcosindicalista Manuel Buenacasa, donde se afilió a la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
En 1921 se encontraba en Andalucía, (España) trabajando en una campaña de afiliación anarquista, cuando el 9 de marzo de ese año, un día después del asesinato de Eduardo Dato, fue detenido en Madrid, (España) pero engañó a la policía y escapó a Barcelona, Cataluña, (España); se ignora su grado de participación en este atentado.
En la capital catalana hizo amistad con Francisco Ascaso, con quien constituyó en 1922 la agrupación anarquista “Los Solidarios”«grupo específico o de afinidad», encargado de realizar acciones de represalia contra el pistolerismo patronal y de recaudar fondos mediante golpes de mano, además de desarrollar las estructuras de la CNTy de crear una federación anarquista de ámbito peninsular, de la que formaron parte García Oliver, Liberto Callejas, Aurelio Fernández y Ricardo Sanz.
En 1923 este grupo se le imputó la muerte del cardenal Juan Soldevila y Romero, producido como represalia del asesinato de Salvador Seguí. Ese mismo año, con la instauración de la dictadura de Primo de Rivera, se decide que Ascaso y Durruti se trasladen a Francia para organizar un comité revolucionario para ayudar a las actividades subversivas de los catalanes y fundar en París, Isla de Francia, (Francia) una editorial anarquista «Librairie Internationale».
En esta estancia, Durruti trabajó en la Renault y Ascaso en una fábrica de tubos de plomo. Cabe destacar que ambos siempre que la situación lo permitía trabajaban para mantenerse con sus salarios.
A finales de 1924, Ascaso y Durruti, por indicación del Comité de Barcelona, se embarcaron hacia América Latina (Cuba, México, Perú, Uruguay, Chile y Argentina) para llevar a cabo una campaña de propaganda y agitación y recaudar fondos con la expropiación a los bancos.
Trabajaron como descargadores portuarios y en otros oficios y crean el grupo “Los Errantes”.
En abril de 1926 vuelven a Francia y después de un tiempo, donde conocieron Néstor Makhno, fueron encarcelados por un intento de atentado contra Alfonso XIII.
Una multitud de gobiernos, empezando naturalmente por el de Primo de Rivera, exigieron sus extradiciones, sin embargo, una importante campaña de solidaridad lo impidió, y en 1927 consiguen un indulto. Una vez liberados, recorrieron varios países de Europa (Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Alemania). En esta época tiene una compañera fija, Émilienne Morin, que no le abandonará nunca y con la que tendrá una hija, Colette.
En 1931, con el establecimiento de la II República, volvió a la Península y se integró en la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
En junio de 1931, como representante del Sindicato Fabril y Textil de Barcelona, asistió, con García Oliver, al congreso de la CNT, donde se manifestó contrario a las federaciones de industria.
Después de la excisión treintista y de la separación de Peiró y de Pestaña, se convirtió gradualmente en una de las figuras más representativas y de mayor autoridad moral en la CNT y en la FAI.
Opuesto por sistema a la consolidación de la república parlamentaria, en 1932 participó activamente en la insurrección anarquista del Alto Llobregat (Fígols, Sallent, Súria, Berga y Cardona), Cataluña, (España), por lo que fue deportado, con más de un centenar de compañeros, primero en Bata (Guinea) y luego en Puerto Cabras, Fuerteventura, Islas Canarias, (España), de donde volvió ocho meses después.
Formó parte del Comité Revolucionario de la fracasada insurrección de enero de 1933 (Casas Viejas, etc.), Y fue nuevamente encarcelado cinco meses en El Puerto de Santa María, Cádiz, Andalucia, (España).
En el Pleno de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña triunfó su postura, partidaria de la línea insurreccional (la «gimnasia revolucionaria» del grupo «Nosotros»), y formó parte, con Isaac Puente y Cipriano Mera, del Comité Insurreccional de diciembre de 1933, tras dirigir la abstención electoral de la CNT – FAI.
Fracasada la insurrección, fue encarcelado en Burgos, Castilla y León, (España). Liberado en mayo de 1934, fue detenido la víspera del levantamiento del 6 de octubre de 1934 y confinado en Valencia. Comunidad Valenciana, (España); salió de la cárcel a finales de 1935.
Tras comprobar el fracaso de la revolución de octubre de 1934 y la represión sufrida por la clase obrera, contribuyó a que la CNT no boicoteara las elecciones de febrero de 1936, lo que favoreció el triunfo del Frente Popular.
El 17 de julio de 1936 organizó la defensa confederal en los barrios barceloneses de Sant Martí de Provençals, Sant Andreu de Palomar, Pueblo Nuevo y en la plaza de Cataluña, Barcelona, Cataluña, (España). La muerte Ascaso, en el asaltó a las Atarazanas barcelonesas, Barcelona, Cataluña, (España) el 20 de julio, ya derrotado el levantamiento en Barcelona, Cataluña, (España) y controlando la CNT la situación, sobre todo después de apoderarse del parque de artillería de San Andrés, sus principales dirigentes tuvieron una entrevista con el presidente de la Generalitat catalana, Lluís Companys.
En una segunda entrevista al día siguiente, después del Pleno de Federaciones Locales de la CNT, Durruti junto con otros principales dirigentes de la CNT, propusieron nombrar un Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, (España)lo que fue aceptada por el resto de organizaciones. Este comité formado por libertarios, republicanos, nacionalistas y marxistas se convirtió en el verdadero poder en Cataluña, ratificando la Generalitat posteriormente lo que se decidía.
Cansado de las disputas internas y el desgaste debido al hecho de encontrarse en una guerra civil, del Comité de Milicias Antifascistas del que era jefe del Departamento de Transportes, decidió pasar al frente bélico, empezando por liberar de fascistas Zaragoza, Aragón, (España) que, como Barcelona, Cataluña, (España) era otro gran núcleo urbano anarquista de la península.
El 23 de julio creó, a instancias del Comité Central de Milicias Antifascistas, la «Columna Durruti», que tomó rumbo hacia Zaragoza, Aragón, (España). A la columna se le negó por parte de las instituciones el suministro de armas, de artillería y de infraestructura.
A medida que iban toman pueblos aragoneses, desde Caspe a Pina, a las tropas fascistas, los campesinos se veían libres para hacer la revolución: los terratenientes eran expropiados de sus tierras, las cuales eran colectivizadas, se abolía la propiedad privada y se instauraba el comunismo libertario.
En esta coyuntura favoreció la creación del Consejo de Defensa de Aragón. Zaragoza, (España) no pudo ser tomada por falta de armamento.
Llamado por García Oliver y Abad de Santillán volvió a Barcelona, Cataluña, (España) donde se mostró contrario a la organización militar clásica y a la participación de la CNT–FAI. en los gobiernos republicanos catalán y español, manteniendo una militarización de las fuerzas.
El 13 de noviembre de 1936 marchó al frente de Madrid, Comunidad de Madrid, (España) con su columna de 3.500 milicianos para ayudar a contener la ofensiva de las tropas franquistas (batalla de Madrid).
El 19 de noviembre de 1936, cuando se encontraba en las inmediaciones del Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria de Madrid, Comunidad de Madrid, (España) ocupado por los sublevados, fue herido mortalmente por un disparo en el pulmón cuya procedencia no está muy clara, existiendo diversas hipótesis sobre el origen de la bala que le hirió.
Mientras algunas versiones afirman que fue disparada accidentalmente por su propio naranjero, versión hispana del subfusil Schmeisser MP28 II, otras apuntan a que pudo ser asesinado por agentes estalinistas.
La versión del accidente es bastante verosímil, por cuanto el citado modelo de subfusil carecía de seguro y podía dispararse por un simple golpe de la culata contra el suelo. El hecho, sin embargo, es que Durruti nunca usó naranjero. Buenaventura Durruti murió a las 4 horas del 20 de noviembre de 1936 en la habitación número 15 del Hotel Ritz (Hospital de la «Columna Durruti») de Madrid Comunidad de Madrid, (España). Su entierro el 22 de noviembre de 1936 en Barcelona, Cataluña, (España), al que asistieron unas 200.000 personas, tuvo un enorme eco popular.
Al morir, surgió en Cataluña, (España) el grupo «Los Amigos de Durruti», creado para defender sus ideas, eran partidarios del insurreccionalismo revolucionario y contrarios a la colaboración con la burguesía y con los sectores reformistas, que García Oliver y de otros dirigentes anarquistas aceptaron, al tiempo que criticaban la burocratización de la CNT y las maniobras contrarrevolucionarias del comunismo marxista.
Durruti es una de las grandes referencias del movimiento libertario hispano y prototipo del revolucionario anarquista.
Existe abundante literatura sobre su figura, siendo el estudio más significativo la obra del militante y estudioso del anarquismo Abel Paz–“Durruti en la Revolución española”, publicado en numerosas ediciones, y sobre el cual, en 1998, el realizador Paco Ríos realizó un documental con el mismo título.
La vocación guerrillera de Buenaventura Durruti, protagonista señalado de la reacción inmediata al levantamiento militar de Franco, era incuestionable.
En 1922, ya en Barcelona, Cataluña, (España), formó el grupo “Crisol”, que luego tomaría el nombre de “Los Solidarios”. Su nombre, sin embargo, saltaría a la fama un año después, cuando atracó el Banco de España de Gijón, Asturias, Asturias, (España) y se hizo con un botín de 675.000 pesetas. También se le relacionó con el asesinato del cardenal Juan Soldevila, así que el revolucionario decidió poner pies en polvorosa y largarse a Sudamérica. En Chile, precisamente, continuó los asaltos, una fuente de recursos que pretendía usar para liberar a sus camaradas presos en España. Tras deambular por varios estados americanos y europeos, regresó a España en 1931, deseoso de introducirse en la Federación Anarquista Ibérica.
En 1936, se convirtió en uno de los más destacados protagonistas de la Revolución de julio, como respuesta al alzamiento militar. Para entonces, el grupo “Los Solidarios” había cambiado su nombre por “Nosotros”, y desde él combatió el levantamiento como parte de la dirección de la defensa de Barcelona, Cataluña, (España). A finales de ese mes, derrotado el alzamiento en la Ciudad Condal y formadas las milicias populares, Durruti partió con una columna armada que recibiría el nombre de columna Durruti hacia Zaragoza, Aragon, (España) controlada por los nacionales. Aunque no tomó la ciudad, sí las poblaciones cercanas. En ellas, expropió las tierras para colectivizarlas.
En noviembre de ese mismo año dirigió su columna a Madrid, Comunidad de Madrid, (España) para reforzar las posiciones republicanas. Esta unidad de milicianos constaba, según distintas fuentes, de entre 2.500 y 4.000 voluntarios, entre ellos algunas mujeres. El día 19 fue herido cerca del Hospital Clínico. Sin embargo, aún hoy no está claro quién o qué fue el responsable de su muerte. Algunas fuentes señalan que pudo ser asesinado por agentes estalinistas; otras, que se le disparó el arma a él o a alguno de sus acompañantes. En cualquier caso, Durruti falleció unas horas después. Su cuerpo fue trasladado a Barcelona, Cataluña, (España) y enterrado allí.
En aquellos combates que se sucedieron en Madrid, Comunidad de Madrid, (España) en noviembre de 1936, la columna Durruti fue diezmada. Tras la muerte de su líder, Ricardo Sanz tomó el mando. Este aceptó su conversión en unidad militar, dando origen a la 26 División del Ejército Popular Republicano, que combatió en Belchite, Campo de Belchite, Zaragoza, Aragón, (España) y en la defensa de Cataluña (España) en 1939. Tras la guerra, muchos de sus miembros pasaron por los campos de concentración franceses y algunos incluso fueron incorporados al ejército galo.
Comic: PEPE BUENAVENTURA DURRUTI relata las aventuras del hombre que vivió y murió revolucionario. Ideando y suponiendo las peripecias que rodean su realidad biográfica con respeto a los hechos, pero también con sentido del humor. Mostrando la naturaleza de la persona tal y como la imaginan los autores; sencilla, afable y simpática. Ocupándose del individuo y dejando de lado al icono.
Durruti representó y representa ante todo la coherencia vital de la idea libertaria, poniendo en práctica los principios pregonados en primera persona, despreciando cualquier provecho personal en favor del interés común de la revolución.
Por su forma de actuar y su carisma, muchas personas veían en él un ejemplo en el que fijarse.
Tras su muerte, su personalidad fue trascendida casi a leyenda, ensalzada por amigos y utilizada por enemigos.
No precisa su semblanza de ninguna mitificación, quizá fuese justificada en plena contienda, o no. Pero, más de ochenta después, continuar en dicho empeño resultaría un insulto a su memoria, que por otra parte sostiene por si sola una vida comprometida, desprendida e intrépida, sin necesidad de adornos mitómanos.