Después de los hechos de mayo de 1937 en Barcelona las cosas cambiaron drásticamente en Catalunya. El gobierno central tomo el poder en el Principado con el apoyo incondicional de los separatistas y comunistas, verdaderos vencedores de los hechos de mayo.
Creación de la Agrupación Anarquista de Barcelona a mediados de 1937
Después de los hechos de mayo de 1937 en Barcelona las cosas cambiaron drásticamente en Catalunya. El gobierno central tomo el poder en el Principado con el apoyo incondicional de los separatistas y comunistas, verdaderos vencedores de los hechos de mayo.
Posteriormente, el gobierno se trasladó de Valencia a Barcelona (las malas lenguas decían que las borracheras y juergas de Negrín estaban erosionando la imagen de los comunistas, sus principales valedores; otros, mas diplomáticos, sostienen que la capital catalana era mas segura y anónima).
Todo esto originó un fuerte debate en el seno CNT-FAI. Por un lado, los que creían que por el bien de las organizaciones antifascistas era recomendable ser crítico con el gobierno Negrín, pero sin dejar de colaborar con él. Otros pensaban que los hechos de mayo en Catalunya daban a entender que Negrín y sus comunistas (incluyendo su entorno) creían que se podía ganar la guerra sin la CNT y, si era necesario, contra ella. La batalla del Ebro fue un claro exponente de este último juicio.
En el seno de los GG.AA de Barcelona se estaba planteando sin tapujos la oposición al gobierno de Negrín y sus aliados. Eran conscientes, y el tiempo les daría la razón, que después de mayo de 1937 la guerra estaba perdida. Negrín, ausente de todo y careciendo de capacidad para conocer la situación de la contienda en su profundidad, no era consciente de dicha situación y mas teniendo en cuenta que sus asesores y consejeros trabajaban o bien para su estómago o bien para los comunistas o bien pensando en un posible pacto in extremis a nivel de chancillerías extranjeras, es decir, trabajar para el azar internacional. A los comunistas les importaba un pepino la suerte de la Republica siempre que ellos pudieran sacar tajada de sus relaciones internacionales. Un buen ejemplo de ello fue el pacto de no agresión con Hilter sin estar liquidada la guerra civil española.
Companys y los suyos creían, a pies juntillas, las promesas de los rusos en el sentido que en caso de invasión del territorio de Catalunya por los africanistas de Franco, Moscú enviaría 14 divisiones del ejercito rojo.¡Y se lo creyeron!
Como en los párrafos anteriores se expone, ante estos posicionamientos tanto tácticos como estratégicos, la F.L.GG.AA. de Barcelona se fractura a partir del pleno celebrado en Barcelona el 25091937 .(1)
En este pleno se discute lo siguiente: en el tercer punto de la orden del día se dice:
Actitud que debemos adoptar ante los registros violentos que se producen en nuestros locales. Se acuerda:
1.- Evitar que en los locales haya armas para de esta manera hacer que los registros sean infructuosos.
2.- Que se nombre una comisión para entrevistarse con las autoridades a fin de que los registros se hagan a todas las organizaciones antifascistas y exigir una comisión permanente que controle los registros.
3.- Iniciar una campaña en la prensa, dirigida por un compañero competente en carácter jurídico, con fotografías inclusive.
4.- preparar un movimiento revolucionario de carácter nacional, contra la preponderancia del PC, contestando en carácter a las agresiones locales.
En el punto 4. Discusión del dictamen del comité nacional.
Varios grupos consideran inaceptable la idea de constituir una FAI dirigida por las alturas. También manifiestan que no están de acuerdo en callar y otorgar la razón a Negrín y sus comunistas y de que hay que tomar mediadas para recuperar la revolución.
Estas discrepancias originaran que militantes como D.A. de Santillán, Fidel Miró, José Viadiu, Pedro Herrera, Germinal de Sousa, Joaquín de Miguel, N .Nahuel, etc. (en total unos 40 grupos de los 150 que componen la FAI en Barcelona) se desfederen y constituyan la Agrupación Anarquista de Barcelona.
El 150901938, la FAI comunica a los grupos de Barcelona lo siguiente:
«recibida una carta de la A.A.B, en la cual nos ponen de manifiesto, los grupos que constituyen la mencionada agrupación.
La carta dice:
A la federación local de GG.AA. de Barcelona.
Estimados compañeros: Por la presente os comunicamos que en reunión tenida por el grupo firmante, se acordó unánimemente por todos sus componentes causar baja a esta F.L. a los efectos orgánicos pertinentes, cosa que comunicamos para que le deis curso debido.-aprovechamos la oportunidad para reiteraros como siempre vuestros y de la anarquía.
Barcelona 03051938.Por el grupo “A”.El secretario.»
Volviendo al pleno de septiembre de 1937 de los GG.AA. de Barcelona, podemos comprobar que el 35% de los grupos asistentes deciden constituir la Organización “A.A.B.”. No sabemos aun si la escisión se produjo también en el resto de Catalunya, aunque las investigaciones que tenemos entre manos así nos lo confirman. Esta situación se ha gestado desde dos frentes: Uno, desde la política de sumisión de C. Peninsular de la FAI a Negrín, y dos, desde los hechos de mayo de 1937 en Barcelona.
El C.R. de la FAI de Catalunya, continuamente tenia posiciones diferentes con el Peninsular. Esto se debía, fundamentalmente, al colaboracionismo del Peninsular con el gobierno Negrín y, como no, al posicionamiento de H. Martínez Prieto sobre la constitución de un partido político desde la propia FAI (hay que recordar que casi la totalidad de los puros en el exilio estaban de acuerdo con este proyecto de dotar al movimiento libertario de un partido político).
Por otro lado, también hay que tener en cuenta los hechos de mayo mal resueltos con el alto el fuego impuesto por Federica, García Oliver, Vázquez y otros. Desde Catalunya se consideraba que este alto el fuego había sido inoportuno y perjudicial para la CNT-FAI catalana.
A partir de esta fecha, y con la llegada de los carabineros en verdaderas manadas, la CNT se sentía acosada constantemente por los comunistas. Desde la FAI catalana se pedía una solución a esta situación y el Peninsular no quería ni oír halar del tema. Los catalanes argumentaban sus protestas con datos muy concretos: 750.000 cotizaciones(3) a la CNT, sin contar con las organizaciones especificas de FAI, JJLL; MMLL, Ateneos, Control y gestión de las industrias de Catalunya (textil, metalúrgica, químicas, minas, madera, servicios públicos de transporte, etc.). El 80% de las unidades militares en el frente de Aragón eran confederales.
Por desgracia, todas estas argumentaciones cayeron en saco roto y los entes de dirección de CNT-FAI apostaron por Negrín en aras de la unidad de acción.
El desenlace fatal de la batalla del Ebro, por el mal planteamiento táctico de la misma y el hecho de haber otorgado la dirección de las operaciones a los comunistas y sus mandos, originó que Catalunya cayese en manos de moros, italianos y carlistas sin prácticamente oposición alguna.
Finalmente se montó la operación Casado, pero ya era demasiado tarde. Con la caída de Catalunya se perdía toda esperanza de victoria o resistencia. Para continuar la guerra había que resistir en Catalunya aunque fuera a costa de Madrid. Pero eso ya es otra historia.
Ante esta situación, parte de la militancia, la más veterana y con más compromiso en la específica, se va a la AAB utilizando el camino orgánico, es decir, desfederándose y federándose luego en un posterior asamblea constituyente, dando nota pertinente a la FAI barcelonesa.
Esta situación desconocida por casi todos, demuestra que el estudio de la CNT-FAI en Catalunya como en el resto de España está en mantillas. Y si nosotros no asumimos este reto, no lo hará nadie más. A las universidades no les interesa el tema tal como hay que estudiarlo, es decir, investigando, investigando, investigando… Demasiada faena para tan pocos honores. Y los historiadores del oficialismo académico y de las tribunas de la vanidad carecen del más mínimo interés. Primero por la complejidad del tema y segundo por que hay que investigar, y eso cansa y envejece.
Conclusión: hay que empezar a espabilar, pero ya, ¿eh?
Vuestros y del anarcosindicalismo.
Josep Quevedo García