Todoslosnombres.org/ Autores: José García Cabrera y Fernando Romero Romero
Este zapatero afiliado a la CNT conocido como Capachita fue uno de los trabajadores que hicieron frente a la Guardia Civil en la carretera de Sanlúcar en el 36
José Marchena Barba, el zapatero de veintitrés años a quien conocían en el pueblo por el apodo Capachita, estaba afiliado a la CNT. Se decía que fue uno de los trabajadores que hicieron frente a la Guardia Civil en la carretera de Sanlúcar. Debió de temer represalias y quizás por eso se ausentó temporalmente del pueblo.
Se reincorporó a filas el 3 de agosto, tres días después de que la represión fascista causase las primeras víctimas mortales en
Trebujena. Acaso creyó que estaría más seguro vistiendo uniforme de artillero que si se quedaba en el pueblo o intentaba ocultarse en las marismas, pero de nada le iba a servir.
En Trebujena los sublevados se afanaban en descubrir quiénes fueron los trabajadores que intervinieron el 20 de julio en el tiroteo de la carretera de Sanlúcar. Esa fue una de las misiones
que se encomendó al sargento Juan Gutiérrez Rojas cuando se hizo cargo del mando del puesto de la Guardia Civil. En el atestado que remitió el 9 de agosto a Salvador Arizón Mejías, comandante militar de Jerez de la Frontera y responsable de la represión que causó más de trescientas víctimas mortales en la ciudad, consta que al menos trece trebujeneros habían sido ya detenidos.
En el atestado declararon diez de ellos, a quienes se suponía
partícipes en la resistencia, y todos o la mayor parte serían
asesinados a principios de septiembre en la Peña del Toro, junto a la carretera de Sanlúcar. Para desgracia de Capachita, de las declaraciones de dos de esos detenidos, Miguel García Díaz, Neguito y Antonio Ruiz Tejero, Zapata, se deducía que también
él había participado activamente en la resistencia: el primero
decía que fue con él hasta el «sitio de la agresión» y Zapata
confesó que le dio una pistola con cuatro balas y le dijo «que había que defender el pueblo» y «que disparase a cualquier fuerza que llegara».
El gobernador militar de Cádiz, el general López Pinto, ordenó detener a Capachita en cuanto Arizón le trasladó el atestado del sargento Gutiérrez. El trebujenero, que estaba destinado en la Escuela Central de Tiro, dependiente del Regimiento de Artiller
ía de Costa nº1, quedó preso en el calabozo del acuartelamiento a disposición del comandante Eduardo Bonal Monreal, de la misma
unidad, que había sido designado para instruir el procedimiento
sumarísimo por su presunta participación en la «agresión» a la
Guardia Civil el 20 de julio. Acompañado por el alférez de complemento Manuel de la Quintana Ferguson en funciones de
secretario, el día 11 de agosto Bonal tomó declaración a Capachita y después se trasladó a Jerez de la Frontera para que el comandante Arizón ratificase el parte y a Trebujena para que varios vecinos prestasen declaración.
José Marchena negó haber tomado parte en el enfrentamiento con la Guardia Civil en la carretera de Sanlúcar. Según su versión, el 20 de julio se quedó en su domicilio (en la calle Castelar, hoy Sol) a temorizado por los disparos. Ese día ni siquiera vio a Neguito
y a Ruiz Tejero, que se presentó en la casa buscando armas, le entregó una pistola antigua que tenía y cuatro balas por «temor a incurrir en respon sabilidades si guardaba el arma en su domicilio».
Que había permanecido en la casa lo podían atestiguar varias vecinas que frecuentaban la tienda que tenía la familia en el propio domicilio: Carmen García Guerra, la Algabeña, Juana Fernández Pulido, la Canelita, Dolores Rincón Herrera, la Bolaña, y otras dos mujeres apodadas la de la Canasto y Pepa de Manolo el Ataturras. Solo salió unos diez minutos que estuvo en casa de la Bolaña, cercana a la suya.