FECHA

Barcelona y Sevilla ; dos formas de entender la RMH en el ámbito del urbanismo.
Barcelona, que también tiene sus lagunas –como todo hijo de vecino- se plantea la recuperación de un refugio de la Guerra Civil construido por los propios vecinos del barrio de Gracia, mientras que Sevilla decide meterle la piqueta a Ranilla. Son dos conceptos de aquello que se tiene que “guardar” para las futuras generaciones.

(Sevilla) Ranilla : La prisión de los gritos ahogados


La Ser devuelve a Ranilla la voz de los presos políticos del franquismo

C.RENGEL (SEVILLA) Correo de Andalucía. 10/11/2006

Maullidos de gato y viento sobre los jaramagos. Es lo único que se oye en la galería tres, la de los presos comunes y políticos de la cárcel de Ranilla, a mes y medio deque entre la piqueta y sus muros sean historia. Pero ayer, por dos horas, se oyeron de nuevo las voces de los que allí penaron por pensar distinto. Y esta vez nadie puso mordazas.

Fue gracias a la radio, a la Ser, que los testimonios sonaron como un grito de aviso contra la desmemoria a través del programa Hoy por Hoy de Salomón Hachuel, que ayer se emitió desde Ranilla, Fue un último repaso a la historia de un edificio tenebrosamente famoso en Sevilla que tiene los días contados : en enero, sólo quedará la fachada ; el resto del solar albergará la jefatura de la Policía Local, las oficinas de la Delegación municipal de Gobernación, dos parques y un archivo con la memoria de la prisión.

En el solar de la cárcel se levantarán parques, oficinas municipales y una comisaría

En esta cárcel, inaugurada en 1933 y que ha llegado a albergar a un tiempo a 5.000 presos cuando su capacidad máxima es de apenas 700, estuvo un año, de 1949 a 1950, Leopoldo Iglesias, encarcelado por su “actividad subversiva” de izquierdas. Reconoce que fue afortunado por el poco tiempo que soportó en la galena, pero no se le va de la memoria el día en que descubrió vacías las celdas 44,45 y 46, las de José Mayo, Manuel López Castro y Luis Campos.

La noche anterior los habían fusilado por pertenecer al Partido Comunista, La cara se le ensombrece cuando escucha el cierre del portón de las celdas, del chabola, 110 kilos de hierro para encerrar la libertad de pensamiento. Es el mismo escalofrío en la piel de Juan Antonio Velasco, hijo de un maestro fusilado, que pasó ocho meses en La Ranilla (hoy Sevilla I) en 1940. Años después, se demostró que la tragedia que marcó a su familia arrancó de una falsa creencia : su padre ni hizo propaganda, ni fue líder comunista ni conspiró contra el régimen. Y por él pagaron su viuda y sus hijos. “Odia el delito y compadece al delincuente”, reza un azulejo a la entrada, “Los políticos no eran delincuentes, pero sí los más dignos de lástima”, explica Francisco Reyes, con 35 años de funcionario de prisiones a cuestas. Asiente Cecilio Gordillo, de la CGT, quien defiende que la galería siga en pie para que no se pierda la memoria de esos presos. “Si se mantienen restos industriales en Hytasa, en Tabladilla, ¿por qué no aquí, si sirve para que la historia no se repita ?”, pregunta.

La galería lleva nueve años cerrada, pero sus celdas guardan restos de sus últimos inquilinos : cepillos de dientes, toallas, el busto de una dolo-rosa que el preso Rogelio dejó a medio tallar, vasos en el estudio de radio y declaraciones de amor con tiza. En la entrada, el escáner junto al que estalló un paquete bomba de ETA en 1991. Dejó cuatro muertos.



Barcelona abre su primer refugio antiaéreo visitable en la plaza del Diamant

BARCELONA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) –

Barcelona ha reabierto en la plaza del Diamant del barrio de Gràcia el primer refugio antiaéreo que será visitable. Este refugio es uno de los 1.400 que fueron construidos mayoritariamente por población civil para hacer frente a los bombardeos que se produjeron durante la Guerra Civil, especialmente por parte de las aviaciones italiana y alemana.

El refugio antiaéreo, de unos 12 metros de profundidad y más de 250 metros de largo, está situado debajo de la plaza del Diamant y es uno de los mejor conservados de los 88 que existieron en Gràcia durante la Guerra Civil. Los encargados de excavar las tierras y construirlo fueron los propios vecinos del barrio.

Hasta diciembre, el distrito de Gràcia, en colaboración con la Concejalía de Mujer y Derechos Civiles del Ayuntamiento, iniciará un proyecto de apertura, que será una experiencia piloto. Serán visitas guiadas dirigidas a los centros escolares de Gràcia y al público adulto.

La intención es que a finales del próximo mes de enero empiece la fase regular de visitas del refugio, que tendrán que ser concertadas previamente y que estará abierta a los colegios, para que los alumnos puedan conocer los aspectos históricos de aquella época, con la ayuda de material didáctico y de una actividad previa.

El refugio, con capacidad para unas 200 personas, también se abrirá al público general, en las que se intentará “hacer el recorrido atractivo y dinámico, para que pueda ser interesante para toda la familia, también para los más pequeños”, aseguró hoy el concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez (ERC).

Las obras para recuperar este refugio han costado 259.000 euros y se han instalado dos accesos especiales protegidos de vidrio y con acero para garantizar que el sótano conserve la temperatura actual. Se ha recuperado uno de los dos accesos, instalación eléctrica y se han instalado barandillas para poder acceder mejor al interior.


INTACTOS LOS BANCOS DE PIEDRA Y LAS MARCAS DE LAS VELAS.

En el refugio todavía pueden verse, casi intactos, los bancos de piedra que se construyeron, la zona de la enfermería —un pequeño habitáculo con la posibilidad de estirar a los heridos— y las marcas de humo de las velas que utilizaban los ocupantes para poder iluminarse.

Tras la Guerra Civil, el refugio cayó en el olvido y fue redescubierto en 1992, a raíz de la construcción de una estación eléctrica. En 1999, se creó una plataforma popular, capitaneada por la historiadora Pilar Frutos, que inició la reivindicación para recuperar este refugio y abrirlo al barrio.

EL CONCEJAL DEFIENDE LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA.

Martínez aseguró que en el anterior mandato, gobernado por el PSC, desde el distrito “no se tuvo interés en la reapertura”, puede que “por falta de valentía, pasotismo o pensando que así contribuían a la paz social”, pero “ésta se construye precisamente a partir de la verdad y de la recuperación de la memoria histórica”.

Por su parte, la concejal de Mujer y Derechos Civiles, Pilar Vallugera, consideró que la apertura del refugio “ayuda a hacer tangible lo que pasó durante la Guerra Civil” y “permite saber lo que pasó en la piel de aquellas personas”. “Se trata de una salida para recordar y hacerlo visible e impedir que todo aquello vuelva a pasar”, apuntó.

Uno de los constructores de estos túneles, hechos con la estructura de bóveda catalana y con paredes de ladrillo, fue el padre de Bonifaci Giralt, un vecino de Gràcia que tenía 11 años cuando en 1936 empezó la Guerra Civil española. Tardaron más de un año en hacerlo y la intención era poder conectarlo con otros refugios.

Giralt, que tiene ahora 81 años de edad y que desde hace 75 años vive en la misma plaza del Diamant, aseguró hoy que su padre “fue uno de los miembros de la brigada de vecinos que, al salir del trabajo, se reunía para trabajar en la excavación de los túneles”. “Se reunían en la parte de arriba del cine Verdi para diseñar las obras”, señaló.

Pese a su corta edad, la Guerra Civil no fue un juego para él y pronto supo lo que era el miedo. “Recuerdo un día que con mi madre, que entonces estaba embarazada, veníamos del Guinardó y cuando llegamos a la calle Encarnació empezaron a caer obuses. Conseguimos llegar como pudimos, por debajo de los balcones”.


“ALGUNOS LLORABAN MIENTRAS CAÍAN LAS BOMBAS”.

Especialmente durante los primeros años de la guerra, después la mayoría de vecinos cuando sonaban las sirenas que advertían de los bombardeos optaban por quedarse en casa, Giralt recuerda cómo intentaban pasar las horas debajo del refugio. “Nos pasábamos varias horas. Algunos hablaban y otros lloraban, pero yo me sentía más seguro dentro que fuera”.

Giralt, junto a otros vecinos del barrio, será uno de los primeros que hoy entrará en el refugio para rememorar aquellos hechos. “Hace poco ya entré y me vinieron recuerdos de aquellos tiempos de juventud y recordé los vecinos que ya no están entre nosotros”, apuntó.

Después de la Guerra, “todos estos refugios quedaron muertos y las tropas franquistas lo neutralizaron todo y no se hablaba de esto” y “ahora tampoco”. “Fue una guerra en la que se hizo mucho daño por ambos lados y que fue criminal”, señaló Giralt, quien ve con buenos ojos que se vuelva a abrir el refugio.



Cecilio Gordillo

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