Público/ Rosa Torán (Junta de la Amical de Mauthausen y otros campos)
Artículo denunciando la situación de Mauthausen en la actualidad. Las vicisitudes políticas no deben afectar al recuerdo de las víctimas
No ha faltado, como cada año, la presencia de la expedición organizada por la Amical de Mauthausen y otros campos que desde distintos lugares de España converge con otros países del mundo para asistir a los actos conmemorativos de la liberación del campo y sus comandos por las fuerzas norteamericanas, entre los días 5 y 6 de mayo de 1945. Somos herederos de aquellos hombres y mujeres defensores de la legalidad de la II República que acabaron esclavizados y exterminados en los campos de concentración y exterminio del régimen nacionalsocialista, y cuyas cenizas reposan junto a las de las víctimas de más de 90 países. Y los distintos actos que se suceden a lo largo de varios días culminan con el desfile y las ofrendas internacionales junto al sarcófago que las acoge.
Un grave acontecimiento ha enturbiado el carácter de los actos conmemorativos que desde el lejano 1946 se vienen celebrando, cuando se empezó a erigir el memorial de los distintos países en el recinto que rodea el campo de los prisioneros. Ha sido prohibido el acceso a determinados lugares altamente simbólicos, como la escalera de los 186 peldaños, vallada en su parte inferior y superior, además de la colocación de cadenas y otros impedimentos a distintos monumentos, con el agravante que al día siguiente de la conmemoración central quedaba cerrado el acceso al campo por su puerta principal, la que estuvo coronada por la águila nazi, así como el patio de los garajes y el camino de ronda del recinto amurallado que arranca en la
kommandantur
. Las razones de seguridad alegadas por el Ministerio del Interior, organismo del cual depende el campo, no se sostienen desde ningún punto de vista, ya que desde la inauguración del recinto, han pasado por allí millones de personas, con tan sólo 20 accidentes de carácter leve en 73 años.
No se nos escapan las razones políticas de tales obstáculos. El nuevo gobierno
austriaco,
encabezado por los demócratacristianos (ÖVP) de Sebastian Kurz, pactó en el mes de abril del año pasado la inclusión en el gabinete de la ultraderecha, encarnada en el Partido de la Libertad (FPÖ), liderado por el actual vicecanciller, Heinz-Christian Strache, y que ocupa carteras significativas, como Defensa, Exteriores e Interior. El campo de Mauthausen depende de este último ministerio, con Herbert Kickl al frente, defensor de la reciente propuesta de ley en el parlamento contra los inmigrantes y los extranjeros, a los que les espera el encierro en campos de concentración, la cumplimentación del contrato de integración, etc., en consonancia con el ideario xenófobo y racista de su partido, en el cual el antisemitismo de antaño se ha reemplazado por el antiislamismo, y que ya se había mostrado durante el gobierno de Jörg Haider.
A lo anterior se añade el intento, reiterado desde hace años, del Memorial de Mauthausen, que depende del Ministerio del Interior, de querer controlar las diferentes ceremonias internacionales, principalmente la que se celebra el domingo en el campo de Mauthausen, desplazando a las asociaciones de víctimas representadas por el CIM y el Comité Austriaco de Mauthausen (MKO) organizadoras de los actos internacionales. El intento ha sido rechazado rotundamente por ambas asociaciones, con el sólido argumento que los recintos del sistema concentracionario de Mauthausen son patrimonio de todas víctimas y por tanto patrimonio universal de la humanidad, y desde hace meses amicales de distintos países hemos venido manifestando el peligro que se cierne sobre el deber de respeto, dignidad y memoria a las víctimas del nacionasocialismo.
Nos tememos que la medida de vallar espacios del campo haya sido la respuesta del Ministerio del Interior a la no invitación de su jefe a los actos conmemorativos por parte del Comité Internacional de Mauthausen. Hubo precedentes, ya que tampoco en el año 2000 el gobierno ultraderechista de Jörg Haider recibió la invitación, y este año la no presencia del Ministro ha sido celebrada por la mayoría de los asistentes, mientras que era calurosamente aplaudido el presidente actual de la República federal, Alexander Van der Bellen, que respondió a la carta del CIM mostrando su compromiso a resistir a los embates de la extrema derecha y a cumplir con su deber de ciudadano. Así mismo, el CIM invitó al anterior presidente federal Heinz Fischer que, con su presencia en el acto, también refrendó su compromiso.
La postura del CIM es fruto de la coherencia que mantienen los representantes de los distintos países, entre ellos dos de España, con los principios recogidos en el juramento pronunciado en Mauthausen por los supervivientes el 16 de mayo de 1945 en 12 lenguas, que reclamaban la fraternidad universal, de ello deriva que las conmemoraciones anuales adopten un carácter internacionalista. En el campo de Mauthausen fueron encerradas casi 200.000 personas, de más de 90 nacionalidades, entre ellas más de 7.000 republicanos luchadores antifascistas, exiliados en Francia y capturados por los alemanes y deportados por su condición de rojos españoles, enemigos de Franco y enemigos de Hitler. Su memoria militante, mientras vivieron, alertó de los peligros que acarreaban las ideologías y políticas excluyentes, y cuál no sería su indignación ante tamaño despropósito de vetar los espacios a las víctimas, sus familiares y amigos. En la actualidad, la desaparición de casi todos los supervivientes habrá coadyuvado a las medidas restrictivas del Ministerio del Interior, ante las cuales se han alzado contundentes protestas de los representantes de las víctimas en el CIM, con el principio de que la memoria del campo de Mauthausen y de sus 49 satélites pertenece a los deportados y no al estado austríaco.
Hagamos un poco de historia. A mediados del mes de diciembre de 1992 los presidentes de los Comités Internacionales de los campos viajaron a Estrasburgo para solicitar a los representantes de los grupos parlamentarios europeos una serie de medidas para asegurar la salvaguarda de los lugares de los campos de concentración y combatir el neonazismo. El compromiso de los parlamentarios respondió a sus demandas y el 11 de febrero de 1993 el Parlamento europeo aprobó una resolución sobre la protección europea e internacional como monumentos históricos de los espacios de los campos de concentración nazis, por parte de todos los grupos políticos (socialista, partido popular europeo, liberales, Los Verdes, demócratas europeos, Arc-en Ciel y coalición de izquierdas), con la excepción del grupo de Jean Marie Le Pen, y pidió a los estados miembros, al Consejo y a la Comisión el apoyo a toda iniciativa, incluido el apoyo financiero, con el fin de conservar el significado de los campos de concentración nazis en su especificidad y de colocarlos bajo protección europea e internacional. No podemos dejar de citar la intervención del diputado Joan Colom Naval, del Grupo Socialista, designado por su grupo para intervenir en el debate, durante el cual subrayó “el carácter universal y general de esta problemática, y recordar al mismo tiempo que, junto a ciudadanos europeos judíos, gitanos o de diversos territorios ocupados por el Reich, murieron en los campos de concentración miles de republicanos demócratas españoles. Es algo que a veces se olvida y que, en momentos como el presente, debemos recordar”.
Desde aquel lejano 1992 la situación política de Europa ha cambiado radicalmente, puesto que parece no haber límites para que la extrema derecha manifieste sin pudor un programa, al que aclaman y votan millones de ciudadanos, en el que cabe todo lo contrario a lo aprobado por el Parlamento europeo. Nuestras voces tendrán que ser oídas de nuevo y con contundencia ante esta cámara europea y ante los candidatos que se presenten a las próximas elecciones, para dicho parlamento y para los nacionales, a la vez que debemos trabajar para que el proyecto del CIM “Vía Memoria Mauthausen” tenga eco y sea adoptado por el Consejo de Europa. Buscar aliados en esta lucha ha de ser una prioridad en la labor de la Amical de España, tal como planteó el concejal de Cultura del ayuntamiento de Mauthausen, nuestro amigo Walter Hofstätter, en el homenaje realizado en la estación de llegada de los deportados. Internacionalismo y amplia mirada para generar complicidades en las luchas a las que nos tendremos que enfrentar: este es el mensaje ante la gravísima agresión a la memoria de la deportación.