“Todo comenzó con Gernika”, explicó hoy Wolfgang Wippermann, catedrático de Historia Contemporánea que preside la asociación cultural germano-vasca “Gernika”, en el acto de presentación que tuvo lugar en el Instituto Cervantes, organizador de este ciclo conmemorativo.
Convertido en símbolo de la guerra y el padecimiento de la población civil, “aquí en Alemania no quiso hablarse durante mucho tiempo sobre Gernika, la República Española era considerada comunista y Franco un aliado”, recordó Wippermann, quien incidió en la necesidad de “anclar Gernika en la memoria colectiva”.
El bombardeo que sufrió el 26 de abril de 1937 esta población de unos 5.000 habitantes, en plena guerra civil española (1936-1939), supuso el primer ataque aéreo indiscriminado contra una ciudad y fue el preludio de lo que ocurriría en la II Guerra Mundial y posteriores conflictos. Centenares de personas murieron aquel día bajo las bombas de los aviadores de la Alemania nazi, que se alineó junto al general Francisco Franco para derribar la II República Española y eligió Gernika por ser la capital cultural e histórica de los vascos. El estado alemán no reconoció expresamente su culpa hasta hace diez años, cuando el entonces presidente federal Roman Herzog escribió una carta en la que expresó su pesar por lo que hicieron los aviones de la Legión Cóndor. Por eso y bajo el lema “Recordar para la paz – Bakea gogoratuz”, la asociación “Gernika” y el Instituto Cervantes de Berlín, con el apoyo de la Filmoteca Vasca, el Cine Arsenal y un sinfín de instituciones de ambos países, se proponen recordar y reflexionar sobre el bombardeo desde distintos puntos de vista.
Mañana aportará un testimonio muy personal el artista Mikel Aristegi con una “performance” de danza contemporánea que recrea el destino de su abuelo, Julián Arístegui, uno de los 200 fusilados en las afueras de Hernani, uno de los episodios más cruentos de la guerra civil. Arístegui, que vive desde hace seis años en Berlín y ha trabajado con coreógrafos de la talla de Sasha Waltz, ha elegido el impresionante “Langemarckhalle” de la Torre de las Campanas, junto al Estadio Olímpico de Berlín, para este espectáculo que estrenó en noviembre pasado en el museo de Chillida-Leku en Hernani.
“Es un homenaje a mi padre y a mi familia”, explicó a Efe Aristegi. “Mi objetivo es hablar a través del movimiento y expresarlo al mayor número de gente posible”, prosiguió el artista, para quien la danza contemporánea “resulta demasiado abstracta y se aleja cada vez más de los hechos reales”. Las inmediaciones del Estadio Olímpico de Berlín, donde Hitler inauguró en 1936 los Juegos, servirán de escenario para este acto al que acudirá Luis Chillida, uno de los hijos del fallecido escultor donostiarra Eduardo Chillida.
También el cine se volcará con la memoria histórica, con “Guernica en el cine” y dos producciones vascas de los años 80 que abordan los sucesos de 1937 y sus consecuencias : “A los cuatro vientos/Lauaxeta”, de José A. Zorrilla, y “Gernika Arbolaren Espiritua”, de Laurence Boulting. “El frente de Bizkaia y el 18 de julio” es una producción propagandística que encargó en 1936 el servicio de noticias de la Falange Española, una coproducción del Tercer Reich que presenta los bombardeos como un acto de sabotaje protagonizado por los republicanos.
No faltarán supervivientes de los bombardeos y otras víctimas del fascismo, quienes protagonizarán coloquios y lecturas de aquí al 6 de mayo.
Berlín /EFE / 23/0/2007