LO QUE ESCRIBIO LA PRENSA DURANTE LA EXHUMACIÓN :
Honrar por encima de los colores
Un equipo multidisciplinar se encarga de investigar y tomar testimonio, desde hace dos años, sobre la Fosa de las Mujeres con el fin de poder exhumar los cadáveres de 14 mujeres y un niño En 2004 se recuperaron los cuerpos de 17 serranos represaliados por el franquismo
La Voz de Cádiz : ANTONIO ROMERO/ 07.09.08 –
El Ayuntamiento de Grazalema-Benamahoma ha hecho una apuesta clara por la recuperación de la Memoria Histórica del municipio serrano y sus núcleos de población. La misma está amparada por la Ley de la Memoria Histórica y trata de dignificar, en la medida de lo posible, a las víctimas que sucumbieron en dicho territorio durante la Guerra Civil y la posterior implantación del Régimen Franquista. En este sentido, el Consistorio grazalemeño ha sido pionero en toda España y continúa tratando de recuperar parte de su historia.
En esta línea, el Ayuntamiento, la Diputación y la Asociación de la Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, ha presentado un proyecto bajo el nombre de Recuperando la Memoria Histórica en Grazalema, Benamahoma y la Ribera de Gaidovar. El mismo, que ya ha empezado a dar sus frutos, comenzó con la exhumación de una fosa común en el cementerio de la localidad vecina de El Bosque, donde se encontraban enterrados catorce benamahometanos y tres grazalemeños, fusilados en el agosto de 1936 y que posteriormente fueron enterrados en un mausoleo construido por el Ayuntamiento para tal fin en el Cementerio Municipal de Benamahoma en el año 2004. Dicho proyecto continuó con la investigación de los testimonios orales de familiares, vecinos y testigos presénciales de los hechos que han descrito sus vivencias y los sucesos tal como ocurrieron en dicha época. Además, se ha asesorado a los familiares por parte del Ayuntamiento.
Para homenajear a los fallecidos, se han construido dos monolitos que reflejan lo ocurrido. Al mismo tiempo, se pretende que sean símbolos para que las generaciones venideras recuerden los acontecimientos que ocurrieron. Estos monolitos serán colocados en breve en los lugares que desde el Consistorio se habiliten para tal fin. De igual forma se han catalogado las fosas comunes que se encuentran en la localidad dentro del mapa de fosas confeccionado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en la provincia de Cádiz y en la región de Andalucía, uniéndose al proyecto de fosas que se está confeccionando en todo el territorio nacional.
En la actualidad, el Ayuntamiento cuenta con un auxiliar-administrativo, Luís Gil Flores, seleccionado por la Diputación para realizar la labor de recopilación de testimonios orales en el municipio que ayuden a la reconstrucción histórica de la época y den las claves a la investigación que se está llevando a cabo por un equipo multidisciplinar compuesto por dos arqueólogos, una antropóloga forense y una jurista criminóloga. Con esta actuación se pretende averiguar las causas de las muertes de las victimas, hacer un estudio exhaustivo de los archivos y documentos existentes en los diferentes registros municipales, provinciales y regionales, a la misma vez que se pretende tener un estudio riguroso de todo lo acaecido en torno a las fosas que se encuentran en el municipio para así poderlas estudiar, dignificarlas y ponerlas a disposición de los distintos familiares que ya se han puesto en contacto con el Ayuntamiento.
Dentro de la fase final de la iniciativa se pretende publicar un libro que muestre todos los testimonios recogidos, los estudios realizados y la reconstrucción de los hechos históricos que tuvieron lugar en los pueblos. Se construirá en la pedanía de Benamahoma un parque dedicado a la Memoria Histórica, debido a que fue en este lugar donde más fusilamientos se realizaron y cuyas víctimas procedían en su mayoría de los pueblos de Grazalema, El Bosque, Ubrique, Villamartín, Prado del Rey, Benaocaz y Villaluenga del Rosario. Un espacio que sea símbolo de la memoria recuperada.
Fosa de las Mujeres
El fin más cercano de esta iniciativa grazalemeña es la de llevar a cabo la investigación y exhumación de la conocida como Fosa de las Mujeres. Para la puesta en marcha de de las investigaciones, relacionadas con la misma, se están teniendo en cuenta los testimonios orales recogidos durante las entrevistas previas. En base a los mismos, se entiende que en la citada fosa se encuentran los cadáveres de catorce mujeres y un niño, de los que han conseguido contactar con los familiares directos de una decena de ellos y aún siguen tratando de encontrar al resto.
Las investigaciones previas han desvelado que las mujeres enterradas en esta fosa son : María Rincón Barea, Jerónima Rincón Barea, Teresa Menacho, María Nogales Castro, Salud Alberto Zarzuela, Antonia Pérez Vega, Ana Fernández Ramírez, Cristina Carillo Franco, Teresa Castro Ramírez, Natividad Vilchez, Isabel Román Montes, Isabel Gómez, Josefa Gómez, Lolita Gómez (Sobrina de Isabel) y el Nieto de la Bizarra.
Este proyecto se ha puesto en marcha contando con un equipo multidisciplinar compuesto por los arqueólogos Jesús López Jiménez y Jesús Román Román, la antropóloga física Sonia Gallardo Cano y la jurista-criminóloga Isabel Parra Moreno. Todos ellos están llevando a cabo los trabajos siguiendo una metodología arqueológica. Joaquín Ramón Gómez destaca de la investigación y el proceso que « se trata de dignificar a nuestros vecinos y devolverles su espacio dentro del Marco de la Historia Local de nuestro pueblo », apunta.
Este proceso, que ahora se pone en marcha, es el resultado de dos años de investigación en los que « se ha trabajado de forma rigurosa, recopilando datos que los vecinos y vecinas nos han facilitado como testigos de la época o como transmisores de la memoria colectiva que se ha mantenido en el municipio », apuntan desde el Consistorio. « Investigar y esclarecer los hechos que ocurrieron en dicha época es devolverles a estos vecinos y a sus familiares los derechos fundamentales que marca la Declaración Universal de los Derechos Humanos », apunta Joaquín Gómez.
Un alcalde comprometido con la historia de sus vecinos
Joaquín Ramón Gómez Calvillo es el primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Grazalema-Benamahoma y, además, ha sido nombrado vicepresidente de la Asociación de la Memoria Histórica y Justicia de Andalucía para dirigir, desde dicha asociación, los asuntos referentes a la Memoria Histórica en la Sierra de Cádiz. Su labor es la de coordinar los trabajos y proyectos que guarden relación con la Ley estatal de la Memoria Histórica aprobada en el Congreso de los Diputados. Su nombramiento se ha producido como fruto de su destacado papel en la puesta en marcha de iniciativas para la recuperación de la Memoria Histórica.
Joaquín Ramón Gómez, alcalde de Benamahoma. / LA VOZ
Gómez destaca que « participar activamente en la recuperación de la Memoria Histórica es restablecer los Derechos Humanos fundamentales de las victimas y devolverles el lugar que nunca se les tuvo que quitar en la Historia de nuestro país ». Su predilección por estos temas le viene de la figura de su abuelo Curro, socialista cercano a las ideas comunistas y condenado a trabajos forzados en un campo de concentración de Granada, que siempre le aportó un material testimonial con un valor incalculable. Él le inculcó la pasión por la Historia, por lo que decidió estudiarla en un primer momento, de forma autodidacta. Llegó a entrevistar, grabadora en mano, a más de 200 vecinos de los pueblos y rescató aquellos testimonios que nunca se habían perdido en la memoria de sus mayores.
Compagina su trabajo en la Memoria Histórica con su cargo de concejal delegado alcalde de Benamahoma y primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Grazalema. En sus propias palabras, su cargo en la Asociación de la Memoria Histórica y Justicia de Andalucía es « un tributo a las personas que vivieron una época errónea, donde vieron truncadas sus vidas y sus proyectos personales ». No hay balas en la cañada de las mujeres Grazalema, en Cádiz, recupera la memoria del asesinato de 15 vecinas en el verano de 1936
Público/ RAÚL Bocanegra / GRAZALEMA (Cádiz)
En una fosa común en el municipio de Grazalema (Cádiz), donde yacen desde el verano de 1936 los cuerpos de 15 mujeres (cuatro de ellas em- barazadas) y un niño de once años, no ha aparecido ninguna bala… “Murieron de forma muy violenta”, aporta por todo detalle Joaquín Ramón Gómez Calvillo, vicepresidente de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía. “Vulnera todos los derechos”, añade. Por ahora es una historia incompleta. Se impone, argumenta Gómez Calvillo, un velo de silencio por respeto a los familiares de las víctimas, a quienes la asociación, el Ayuntamiento de Grazalema y la Diputación de Cádiz han tratado de cazar con lazo por toda la geografía española desde que decidieron abrir la fosa, hace dos meses. El próximo día 17 se reunirán con ellos y pretenden explicarles con pelos y señales el asesinato. En Grazalema hay ocho fosas de la Guerra Civil documentadas con unos 250 cuerpos en ellas, calculan las asociaciones. ———
la memoria recuperada
Antonio Mateos, alcalde de Grazalema en 1978, escucha el río sonar e indaga lo sucedido. Le cuentan qué ocurrió y lo esconde, precavido, hasta que llegue el momento. 26 años después la memoria resurge. La refresca la exhumación de la fosa de El Bosque, en el mu- nicipio vecino, con 17 muertos. Eso lleva a la Diputación de Cádiz y al Ayuntamiento de Grazalema y la pedanía de Benamahoma a preparar un ambicioso proyecto de recuperación de la memoria (recuperación de testimonios, nombres, asesoramiento, señalización de las fosas, reconocimiento de las víctimas). En ello, aparecen los testimonios. “Una y otra vez la fosa de las mujeres, la cañada de las mujeres por aquí y por allá. Algo sucedía”, dice Gómez Calvillo. La memoria de los mayores indicó el lugar exacto. Entonces, Antonio Mateos cuenta la historia. Lo que la memoria de Grazalema recuperó es que las autoridades falangistas detie- nen a 15 mujeres en el verano de 1936. En la zona mandaba con mano de hierro Fernando Zamacola, militar franquista, cuya actuación se dice que fue mala, según escribe el histo- riador Francisco Espinosa en el libro La Justicia de Queipo. La memoria dice que se les rapa el pelo y se las pasea por el pueblo durante dos días para escarnio público. “Se busca un escarmiento y un castigo ejemplar”, dice Gómez Calvillo. Luego, se las traslada a un monte y se las mata. Sin balas. Y, por ahora, sin más detalles. Hay silencio aún y hay precaución también.
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