CGT
Iniciamos una campaña de recogida de testimonios de la pervivencia del franquismo a través de las denominadas “cruz de los caídos”
A raíz de la retirada de la cruz de los caídos en Aguilar de la Frontera se ha generado una gran polémica con opiniones a favor y en contra.
De lo que no cabe duda es que la existencia de estas cruces en todas las localidades españolas tienen un evidente significado de reparación a las víctimas caídas “por Dios y por España” y de discriminación a las caídas por no apoyar el golpe de estado.
Por ello hemos iniciado un campaña para poder denunciar con documentos la existencia de estos vestigios del franquismo aún presentes y protegidos por instituciones religiosas y políticas.
Os convidamos a enviar a la dirección cgt@memorialibertaria.org testimonios de la pervivencia de estos vestigios, en concreto de las cruces de los caídos que todas las iglesias y otros lugares de los pueblos y ciudades siguen manteniendo.
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LA PERVIVENCIA DE LAS LLAMADAS “CRUZ DE LOS CAÍDOS” EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS
Aunque se niegue o reduzca su importancia, la ocupación simbólica de los espacios públicos es una cuestión de especial importancia en la vida ciudadana y en la conformación cultural de nuestra sociedad.
Los espacios públicos no son neutrales, como tampoco sus denominaciones y elementos ornamentales y monumentales que los adornan. Recordemos los nombres de las calles, las placas en sus fachadas y las esculturas y otras instalaciones que los ocupan.
Una de las referencias del golpismo y la dictadura franquista son las que se denominaron “cruces de los caídos”. Desde fechas muy tempranas fueron ocupando espacios principales de las ciudades españolas. Ante ellas se celebraron actos conmemorativos de recuerdo y exaltación de los muertos del bando golpista. Tanto los asesinados en zona gubernamental como los soldados muertos durante la campaña bélica.
Se trata de elementos discriminatorios y revanchistas que proclamaban y remachaban la victoria de quienes se sublevaron mediante las armas el verano de 1936 contra el régimen constitucional de ese momento. Así, mientras se reducía al anonimato, se mantenía la desaparición física y administrativa de cientos de miles de personas, las del bando golpista eran publicitadas de forma permanente.
Una expresión más de que la paz no había comenzado sino la victoria. Así fue hasta que, tras la muerte del dictador, de forma casi vergonzante en muchas ocasiones, las administraciones del actual régimen monárquico parlamentario fueron retirándolas.
Sin embargo, todavía hoy, continúan adornando y ocupando el espacio público en muchos lugares de nuestro país. A veces con la excusa de su “descontextualización” una vez que se le han retirado algunos de sus elementos más hirientes simbólicos o blanqueándolos con textos generalistas e inclusos ridículos como por ejemplo “a todas las víctimas de las guerras de España” Incluso hay alcaldías que se jactan de que ellos las mantendrán. Un hecho que, como en tantas otras cosas de la memoria histórica, no es una cuestión de la adscripción ideológica del cabildo. La pervivencia de la construcción franquista del golpe y la posterior dictadura muestra su cara permeable y transversal tras más de ochenta años de predominio.
Una situación que nos ha llevado a pensar que se debería realizar un censo de las cruces de los caídos que todavía hoy lucen por calles, plazas, jardines y otros espacios de nuestras ciudades.
Pedimos que quien conozca que en su localidad continúa sin retirarse la citada cruz nos informe en este correo (cgt@memorialibertaria.org) y, si es posible, nos proporcione una fotografía. De esta manera realizaremos, o al menos intentaremos elaborar un catálogo que nos mostrará una radiografía de la situación existente.