FECHA

Un Siglo de Anarquismo
En agosto de 2007 se conmemorarán cien años del congreso anarquista internacional de Amsterdam de 1907. Un congreso decisivo en la trayectoria del movimiento anarquista mundial.

Quizá las entidades libertarias recordarán la fecha pero ha pasado mucha agua bajo los puentes como para examinar objetivamente aquellas ideas que planteadas por los herederos del movimiento bakuninista de 1864 incidieron en diversos procesos históricos. Podemos hacer un balance.

El movimiento anarquista reunido en Amsterdam es básicamente un movimiento de mentalidad europea. El delegado de la Argentina es un italiano, porque la inmigración italiana al país sureño fue muy numerosa y ella, al lado de inmigrantes de otra procedencia, había constituido la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Pellicer Paraire, por ejemplo, era de origen español, y fue, durante un tiempo, un importante vocero del movimiento obrero anarquista argentino.

El delegado chino no pudo salir de París porque estaba enfermo. Y la delegación española no pudo llegar. Tarrida del Mármol, anarquista español divulgador del “anarquismo sin adjetivos”, no estuvo en Amsterdam. Sin embargo, el congreso tuvo una nutrida delegación rusa y debatió los detalles de la revolución rusa de 1905 donde el influjo anarquista fue muy importante.

Se examinaron en Amsterdam los problemas de organización que siempre han sido inherentes al movimiento anarquista, y, en el caso del congreso, el tema de anarquismo y sindicalismo planteado por Monatte y por Malatesta fue debatido exhaustivamente. También se estudio el tema antimilitarista diferenciando el antimilitarismo anarquista del antimilitarismo simplemente pacifista o burgués.

No fue sino hasta 1968 cuando el movimiento anarquista internacional volvió a reunirse, esta vez en Carrara (Italia), acto que fue saboteado por Cohn-Bendit y sus vándalos del movimiento 22 de marzo, calificando a los viejos anarquistas de carcamales, de momias, y otras lindezas semejantes ; y a Domingo Rojas, hispanomexicano, que llevaba la representación de los anarquistas cubanos lo calificaron muy alegremente de “agente de la CIA”. Hoy, muchos de los delegados anarquistas a Carrara han desaparecido –creo que todos, si la memoria no me traiciona- mientras que el señor Cohn-Bendit disfruta de su poltrona de eurodiputado por Los Verdes germanos y anda hablando más pendejadas –como todo diputado que se precie- que un libro de primaria.

El movimiento anarquista ha tenido importantes victorias durante un siglo y derrotas dignas de destacarse. No cabe duda que en Rusia el anarquismo realizó acciones importantes aunque no pudo conformar una estructura organizativa cuyo arraigo permitiera compensar socialmente las aventuras bolcheviques. Volin, el escritor ruso de la revolución rusa, dice que el error de los anarquistas se basó en la sempiterna manía anárquica a la organización informal. Y, destacaba que si los anarquistas rusos hubieran tenido una organización anarcosindicalista quizá otro hubiera sido el desenlace ruso.

Realmente, usted no puede hacer un balance del movimiento anarquista de la misma manera que hace un balance de logros de un equipo de fútbol. El movimiento anarquista siempre estuvo conformado por mujeres y hombres de las clases sociales más bajas que rechazaban los postulados de la socialdemocracia marxista que, desde 1872, planteaba la incorporación del proletariado a lo que, por entonces, se llamaban “instituciones burguesas”, es decir, el parlamento. Pero todo eso ha cambiado cien años más tarde.

El gran logro del movimiento anarquista fue su contribución a la conformación de un vasto movimiento colectivista en la zona republicana durante la guerra civil española. Las diversas experiencias autogestionarias a lo largo de la geografía de la España republicana, impulsadas por el pueblo mismo, y con la vanguardia de activistas anarquistas, socialistas y comunistas fue, sin lugar a dudas, la primera victoria del anarquismo social. Duró poco ciertamente pero demostró que el anarquismo no era una idea superflua sino viva, y habitaba en el corazón de todos los pueblos macerados por las corrientes autoritarias y estatistas de larga data.

Sin embargo, de aquellos ensayos sólo hemos tenido análisis parciales o estudios rocambolescos, sin que las mismas entidades vinculadas al movimiento anarquista hicieran una autocrítica de sus errores en un proceso revolucionario cuyo costo en vida nadie ha sabido precisar. Quizá es que sea algo imposible explicar que la lucha entre la autoridad y la libertad es, después de todo, una lucha eterna y toma diversas formas a lo largo de la vida humana.

En América el movimiento anarquista siempre estuvo al frente de todas las iniciativas sociales contra todas las formas del despotismo y de la opresión. En la Revolución mexicana de 1910 el anarquismo tomó formas organizativas que han sido ampliamente estudiadas. Y hasta en las huelgas de las bananeras colombianas García Márquez, en “Cien años de soledad”, verá los síntomas de un mundo nuevo ; en efecto, los anarquistas de la Federación obrera del litoral atlántico (FOLA) llevarían, al lado de otros agrupamientos, la lucha contra la explotación de los trabajadores.

También cabe destacar el accionar del movimiento anarquista combatiendo las dictaduras del cono sur americano. Muchos anarquistas ofrendaron su vida en aras de la libertad de los pueblos.

Los grandes problemas del movimiento anarquista, sin embargo, no se han resuelto. Quedan pendientes. El de la “responsabilidad orgánica” o disciplina interna del movimiento quizá sea el más grave de todos. Los maknovistas plantearon el tema durante su exilio en Paris. Y, las tendencias más individualistas los calificaron de “anarcobolcheviques” en una época en la cual ante el auge del estalinismo ya el bolchevismo era cosa del pasado.

Aunque soy personalmente partidario del plataformismo, como anarquista pienso que hay muchas cosas que pueden hacerse al margen de las entidades oficiosas del movimiento, el cual me parece que entra en una etapa en la cual repetirá los errores tácticos y estratégicos del período de 1877 a 1917. No creo que puedan evitarse por ningún congreso.

Un siglo después el movimiento anarquista, en lo más esencial de él, no reconoce los conceptos que se derivan de la imposición del estatismo a nivel planetario. Conceptos jurídicos la mayor parte de las veces. Si hace uso de ellos será por cuestiones circunstanciales del movimiento en muchos sitios. Pero el anarquismo será eternamente la negación de toda instancia de toma de decisiones por encima del libre acuerdo entre los interesados o sus delegados, rotativos y revocables siempre, de una democracia directa viva y en permanente transformación.

Qué le vamos a hacer, somos así. El que esté dispuesto a pasar una vida entera luchando contra gigantes que realmente son molinos de viento que nos acompañe.-

FLOREAL CASTILLA

Venezuela, 24 de diciembre de 2006.

(Publicado originalmente en CeNiT, diciembre del 2006)

Vía anarkismo.net

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