La autora de la foto es Cristina Escrivá, 2006

Rafa Maestre

Fundación Salvador Seguí

Lola era conocida y estimada en la Confederación valenciana. Participaba con entusiasmo, siempre que se lo proponíamos, en los actos que organizamos, con su inseparable compañero Frederic de Félix. A ambos los conocí en la década de 1990. Acudían a las reuniones de la Fundación Salvador Seguí y pronto surgió una franca camaradería que se fue convirtiendo con el tiempo en una entrañable amistad. Compartidos muchas cosas : programas de radio, tertulias, artículos en nuestro boletín El Noi, libros de su bien dotada biblioteca, charlas en Institutos de Bachillerato, viajes en autobús a Santa Cruz de Moya (Cuenca) en homenaje a los guerrilleros ; a los Pozos de Caudé (Teruel) en homenaje a las víctimas del franquismo,… pero, sobre todo, compartí unas largas y cálidas sobremesas donde conversábamos y en donde me enriquecí con sus testimonios.

En la web memorialibertaria.org podemos ver su fotografía, así como una breve grabación en video, de su intervención en la mesa redonda sobre las Mujeres Libertarias en la Revolución, en el marco de las Jornadas Libertarías de Valencia, correspondientes a diciembre de 2006. La compañera Cristina Escrivá lo resumió así :

Dolores Benavent, nació en 1923 y según nos contó en su intervención se exilió de niña a Francia, por las ideas republicanas de su padre, desde 1929 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. Lola emocionó con su voz al relatar sus experiencias y recuerdos, tanto de los años anteriores a la guerra civil, en la escuela racionalista La Armonía, en Alginet (Valencia), que dirigía Higinio Noja, como sus vivos recuerdos de la Revolución, sus realidades y progresos y donde la mujer desempeñó un protagonismo vital desde la retaguardia.

En el año 2006 intervinieron en el documental “La utopía desarmada”, una producción de InfoTV, dirigida por Sergi Tarín, donde se puede ver a Fede y a Lola bailando un tango. Les gustaba bailar y lo hacían bien. Pero, en el año 2007, Lola tuvo la desgracia de perder a su compañero de ideales. Desde entonces ya no fue la misma, se quedó anclada en sus recuerdos, parecía que le habían amputado una parte de su ser, lo que marcó el comienzo del deterioro de su salud.

Lola, mujer libre, esperantista, apasionada, rebelde, conversadora infatigable, solidaria, compañera… ya no estás con nosotros, pero nos queda tu recuerdo y todo lo que nos enseñaste.

Solo nos queda desearte que la tierra te sea leve y así sea también el peso de tu ausencia sobre nuestros corazones.